'Establishment' contra Pedro Sánchez

La guerra en el PSOE ha sido un golpe lampedusiano, de esos que lo hacen saltar todo por los aires para que nada cambie verdaderamente

El exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

El exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez. / periodico

ANDREU PUJOL MAS

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En el 2014 el historiador y opinador inglés Owen Jones publicaba el libro 'The Establishment' (editado en castellano en el 2015 por Seix Barral) donde hace un retrato de la red de poderes que impera en la sociedad británica formada por grandes empresas, el sector financiero, los grandes grupos de comunicación y sus ramificaciones en las cámaras parlamentarias, donde todo está muy bien atado para que salgan ganando los mismos de siempre.

Es una lectura especialmente interesante desde nuestra casa porque, si bien los ejemplos con los que Jones ilustra su ensayo son tomados en la otra punta de Europa, la tonada de esta música nos la sabemos todos de memoria. Cuando habla de la doctrina impartida por el imperio mediático Murdoch o de las puertas giratorias entre los escaños de Westminster y las grandes corporaciones no nos parece que nos hablen de nada muy estrambótico. 

A raíz de la campaña orquestada contra Pedro Sánchezcampaña orquestada contraPedro Sánchez no he podido evitar pensar en este libro cuando se han juntado las voces agresivas de toda la prensa de Madrid y la de un expresidente, Felipe González, que ha estado a sueldo de una compañía de gas. La persistencia de Sánchez, que no es un revolucionario ni nada parecido, en la idea de formar un gobierno alternativo solo podía pasar por un desafío al establishment. Tenía que ser a través de un pacto con Podemos, que podría imponer unas determinadas recetas económicas, y con el independentismo catalán, que ponía como condición 'sine qua non' -bueno, al menos ERC- la celebración de un referéndum de autodeterminación . 

Había que cortar, de todas todas, la más remota posibilidad de que estos hechos se produjeran, especialmente el último. No es casualidad, tampoco, que la revuelta interna haya sido tutelada desde uno de los territorios más beneficiados por el actual reparto de recursos en el Estado español. La guerra en el PSOE ha sido un golpe de Estado lampedusiano, de esos que lo hacen saltar todo por los aires para que nada cambie verdaderamente.