El PSC tiene futuro

Núria Parlon intenta construir desde hace unos meses un camino de cambio, esperanza y reconstrucción del partido de los socialistas catalanes

Núria Parlon

Núria Parlon / periodico

JORDI BALLART

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A toda la gente que todavía cree que el PSC tiene futuro.

Empezamos por decir las cosas por su nombre: el PSC, ahora mismo, lo tiene difícil. En gran parte por las propias culpas y errores, sin duda. En otras cuestiones hemos cometido errores similares a los del PSOE o de otros partidos socialistas europeos, lo que no debe ser excusa. Admitámoslo, sí. Hay que empezar por ahí, con sinceridad, con humildad, sin rehuir las responsabilidades. Pero también sin masoquismo, fatalismo ni espíritu de autodestrucción. Yo estoy convencido de que el PSC tiene futuro.Y estoy seguro de que mucha gente, incluso muchas y muchos de los que se sienten decepcionados y frustrados, desean que tenga futuro y que sepa encontrar un nuevo camino, fiel a sus valores y no prisionero de sus errores.

Por eso me he puesto junto a Núria Parlon, al igual que muchas y muchos militantes, alcaldes, concejales, gente que sabe lo que es estar currando cada día en la calle, en las trincheras, con el pico y la pala, y no haciendo política de salón o de escaparate. Núria es una promesa de cambio, de regeneración y renovación del PSC. Sin romper nada ni ir contra nadie, dando la cara, sin jugadas sucias que ensucian demasiado a menudo la política.

REFERENTE EN POLÍTICAS SOCIALES

Núria era muy joven cuando se encontró de pronto al frente de un ayuntamiento en una situación extraordinariamente difícil. A base de trabajo constante, de diálogo y de valentía, lo consiguió. En Santa Coloma de Gramanet la gente lo ha sabido valorar: gobierna con una sólida mayoría, se ha convertido en un referente en políticas sociales y de vivienda, ha demostrado solvencia, capacidad de liderazgo, proximidad a los ciudadanos, honradez ... Núria es una alcaldesa del cambio. Sí. Del cambio. Porque el PSC es y puede ser aún más el partido del cambio.

Por eso ha presentado su candidatura a liderar el PSC y por eso nos tiene a muchos y muchas a su lado. Para cambiar. No es ni la generación de los barones, ni la de los 'capitanes' ni la de los 'sargentos chusqueros'. Basta ya de símiles militares. Es una persona que apuesta por la democracia interna y por el diálogo, para pasar página de enfrentamientos estériles, para superar los bandos y dejar de dividir, intoxicar y manipular a la gente. Creo que representa una garantía de liderazgo transversal, de menos jerarquías y más servicio, de sumar, de hablar con todo el mundo y de saber integrar las diferencias y la diversidad con naturalidad y respeto.

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Ella le dio su apoyo, en su momento, a Eduardo Madina. Yo también, por cierto. Otros se lo dieron a Pedro Sánchez o a Pérez Tapias. Es totalmente legítimo votar libremente a nuestros representantes, los programas, las decisiones ... Y sea quien sea la persona que lidere en el futuro el PSC o el PSOE, merece lealtad y respeto, independientemente de lo que cada uno haya votado. Esto es lo que ha hecho Núria con Pedro Sánchez, por ejemplo, hasta convertirse en una de sus personas de confianza, formando parte del grupo de expertos. Lo mismo que han hecho Meritxell Batet y tantos otros, como el compañero y amigo Miquel Iceta. Y lo mismo que las personas que queremos un cambio en profundidad en el PSC hacemos y haremos con él, con Susana Díaz, con Javier Fernández o con cualquier otro compañero: ofrecer lealtad y respeto, que no impiden ni la discrepancia ni la crítica honesta y constructiva o el planteamiento de alternativas, de nuevas maneras de hacer y de búsqueda de nuevos horizontes.

DIALOGAR

Una persona que aspira a liderar el PSC debe dialogar con todos los dirigentes del partido, sin excepción. Y les debe plantear su posicionamiento, como hizo públicamente y con valentía Núria Parlon en el acto de L'Hospitalet ante Ximo Puig Susana Díaz.

Además, Núria está profundamente convencida de que la militancia ha de expresarse libremente, serenamente, y debe decidir: el partido debe ser de todos, sin excepción. Y esto quiere decir, ahora mismo, tener la valentía y la claridad de sostener que si el Comité Federal decidiera cambiar de posicionamiento en relación a la investidura de Rajoy, las bases deben votar. Ella está a favor de mantener el "no es no", como lo estamos una gran mayoría de miembros del PSC, pero en cualquier caso la última palabra debe corresponder a la militancia.

Este es el camino que ella intenta construir desde hace unos meses, un camino de cambio, de esperanza y de reconstrucción del PSC y del espacio de la socialdemocracia en Catalunya, el conjunto de España y de Europa. No se puede pedir a nadie que haga actos de fe: habrá que demostrarlo a base de picar piedra, día a día, con transparencia, con valentía, con diálogo e ideas claras.

Yo creo que este es el camino e intuyo que hay mucha gente que, aunque no lo diga, también tiene esperanza en todo lo que puede aportar cara al futuro de un socialismo catalán con nuevo empuje, sin miedo, sin nostalgia del pasado y con unas ganas imparables de ser fiel a los valores e ideales de justicia, de igualdad y de libertad que ha representado y que todavía puede representar mucho mejor en el futuro.