Apuntalando el sistema del 78 destruyendo el PSOE

Es evidente que existe una crisis de gobernabilidad en España. Las mayorías que se han construido para hacer gobiernos o bien se han basado en mayorías absolutas o bien se han basado en pactos donde los nacionalistas, especialmente los catalanes, han hecho de bisagra.

La situación actual no es novedosa. Hay una derecha (Partido Popular y Ciudadanos) y una izquierda (PSOE y Podemos) en la que ninguna tiene la mayoría absoluta para un gobierno. Que ahora el reparto se haga a 4 partidos en lugar de a 2 no cambia la situación. Lo que sí cambia es que ahora los nacionalistas catalanes tienen una agenda de ruptura y no están en el Congreso de los diputados para facilitar gobernabilidades sino para defender su proyecto independentista. Los nacionalistas catalanes se han situado a si mismos fuera del sistema de equilibrios del 78 y eso impide al sistema del 78 utilizarlos.

El establishment político y económico no puede tolerar una situación de un gobierno en funciones durante demasiado tiempo. La conjunción de poderes económicos, mediáticos, de altos funcionarios del estado y de todos los que dependen de la economía del BOE necesitan un gobierno lo antes posible.

Este establishment en su afán por defender sus intereses están cargándose los mecanismos para que el propio sistema que sostienen sobreviva. De forma contínua se han ido cargando los puentes con el nacionalismo catalán: recortaron el Estatut del 2006, negaron la posibilidad de un pacto fiscal y un trato económico más justo y han demostrado contínuamente que el estado no iba a jugar a favor de la economía productiva y menos dependiente del BOE.

Es evidente que lo que se vive en el PSOE es un golpe de estado orquestado por este mismo establishment. Uno de sus principales arietes son expresidentes y exdirigentes del PSOE que hoy están en nómina de algunas de las empresas del IBEX-35, el otro es un bombardeo mediático dirigido por medios en manos de oligarcas de toda la vida.

El objetivo de este golpe a Pedro Sánchez no es otro que forzar a que el PSOE se abstenga y facilite el gobierno del PP. La extraña paradoja de socialistas que traicionan a socialistas para conseguir que Rajoy sea Presidente.

La conspiración podría funcionar y Pedro Sánchez pasaría a ser un cadáver político en pocos días. Aunque tuvieran éxito esto no es más que una victoria puntual. Para poder sostener el sistema del 78 sin los nacionalistas catalanes, el establishment se ve forzado a que el PSOE se prostituya y facilite un gobierno del PP. Si el PSOE hace esto es su aniquilación electoral y la pérdida definitiva de la poca credibilidad que le quedase.

El PSOE para muchos electores era el partido del “sistema del 78” que podía impulsar pequeñas reformas estéticas. Esta posibilidad de reforma es la que ha permitido a este sistema, plagado de profundos problemas institucionales, sostenerse durante casi 40 años. Con el PSOE muerto pocos creerán que este sistema es  viable y mínimamente mejorable. Los defensores del sistema del 78 lo único que conseguirán es apuntalar un cadáver institucional durante unos pocos meses.

La lección del golpe del PSOE es que cualquier vía de reforma solo puede hacerse fuera del propio sistema del 78. Con ello dan cada vez más la razón a los independentistas catalanes. Es evidente que desde dentro del sistema oligárquico del 78 solo cabe esperar una defensa a ultranza del establishment.