Al contrataque
Los discos duros de Bárcenas
Que Rajoy presuma de ser un ignorante cada vez que se le pregunta por la corrupción del PP es un bochorno. Otro. Y total, qué más da
Cristina Pardo
Periodista
CRISTINA PARDO
En pleno escándalo por el borrado de los discos duros de Luis Bárcenas, en el 2013, asistimos a una rueda de prensa de María Dolores de Cospedal. Entonces, la secretaria general del Partido Popular vivía espeluznada ante la obligación de explicar en directo polémicas en diferido. Tan espeluznada terminaba ella como los periodistas, que teníamos la imposible tarea de arrojar luz sobre episodios contados terroríficamente y en forma de simulación.
Lo habitual es que Cospedal intentara cambiar de tema con aquello de «sobre ese asunto, ya hemos dicho todo lo que teníamos que decir». Sin embargo, de vez en cuando, tenía un día malo y, en su afán por hacernos creer que el PP era una víctima inconsolable, se hacía el lío. Por ejemplo, esa mañana de septiembre en la que, al ser preguntada por las quejas que llegaban de la Audiencia Nacional, la número dos del PP presumió de su colaboración con la justicia. «La mayor de un partido político en toda la historia», comentó.
Tan grande era esa colaboración, que le habían negado al juez las agendas de los tesoreros y los libros de visitas a la sede. Sí que le habían entregado los discos duros, pero en blanco. No deja de ser meritorio en una época en la que parece que por allí se llevaba más el negro.
Viene esto a colación de la denuncia que ha hecho la última juez que investiga el blanqueamiento informático del PP. Ha emitido un auto en el que rechaza archivar el caso y confirma el procesamiento del partido que preside Mariano Rajoy. Añade que no han colaborado con la justicia porque, cuando procedieron al borrado, la Audiencia Nacional ya estaba investigando a Bárcenas. Por lo tanto, la prudencia y el sentido común invitaban a mantener intactas las pruebas.
EL MÉTODO DE RAJOY
La juez sospecha que el PP destruyó «a conciencia» los ordenadores donde, según el extesorero, guardaba la contabilidad B. O sea, el partido que nos gobierna a todos (y que no hace más que ganar elecciones) es sospechoso de obstrucción a la justicia con el único fin de que nadie pueda comprobar si el partido que nos gobierna a todos (y recauda nuestros impuestos) movía dinero negro. Para vivir en un país desarrollado, nos pasan cosas preciosas.
El PP ha agotado ya todas las respuestas del manual 'Cómo hablar sin decir nada' combinado con 'Aprende a respetar a la justicia en cuatro sencillos pasos, mientras criticas al juez' y el método preferido de Mariano Rajoy: «¿Eh?» Él siempre ha dicho desconocer qué pasó con los discos duros, así como con desgana. En mi opinión, si se demuestra que la destrucción fue intencionada, será un escándalo. Uno más. Que Rajoy presuma de ser un ignorante cada vez que se le pregunta por la corrupción del PP, es un bochorno. Otro. Y total, qué más da.
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