Estimulante futuro de paz para Colombia

Una vez abiertas las ventanas de la paz, el lunes próximo se trata de que también se abran las puertas de un nuevo país

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ANTONI TRAVERIA

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Colombia ha abierto las ventanas para que al fin entre el aire suave y fresco que construya una anhelada paz estable y duradera. La mejor noticia posible para un país que ha sufrido un enquistado conflicto durante 52 años que ha inundado de sangre -260.000 muertos- y desesperanza a millones de personas. El primer gran desafío de los, estos sí, históricos acuerdos de paz de La Habana será el de superar con éxito el referéndum previsto para el próximo domingo 2 de octubre. Será la primera gran prueba de fuego ante los intransigentes señores de la guerra, dispuestos a dinamitar un proceso lleno de ilusiones después de tanta frustración acumulada por décadas. Las 297 hojas del pacto definitivo son, en opinión de los juristas que han analizado el denso texto, “el mejor acuerdo posible de paz”.  La guerra es la única derrotada, como no podía ser de otra manera. 

Los enemigos de la paz proponen como única alternativa la continuidad de la guerra hasta conseguir una victoria militar total sobre las FARC. Victoria que no se ha producido en más de medio siglo, en el que el Estado no ha regateado medios y efectivos de todo tipo, sin sumar la ingente ayuda exterior proporcionada por EEUU. Provoca tristeza, también cierta rabia, escuchar los alegatos intolerantes que esgrime quien está liderando la campaña por el voto negativo en el plebiscito, el mismo que ha venido torpedeando este largo proceso desde sus inicios insistiendo una y otra vez en que “el conflicto solo se terminará por la fuerza”. Tal vez haya olvidado el expresidente Álvaro Uribe Vélez, por el contrario, su tolerancia para con las acciones criminales de los grupos paramilitares o el fracaso de una concepción militar del Estado, similar a la vieja doctrina de seguridad nacional aplicada en América Latina desde Washington, en el contexto de los largos años de guerra fría.

RECONCILIACIÓN EN IGUALDAD

El jueves estuvo en Barcelona el sabio periodista, profesor y escritor Alfredo Molano, consultor imprescindible de las partes negociadoras. Molano insistió en una de sus reflexiones, defendida en sus artículos publicados en el diario 'El Espectador' de Bogotá: “La gran dificultad que hoy existe para la reconciliación es aceptar en la vida corriente, como valor social, la igualdad. Detrás del statu quo no hay otra cosa que la defensa de privilegios ganados a la fuerza y que a la fuerza se sostienen. Permitir que ese país negado, borrado, sustituido, entre a rivalizar con el poder establecido no será fácil, pero es inevitable.”

La solemne firma de este lunes del presidente Juan Manuel Santos y del jefe guerrillero Rodrigo Londoño, alias 'Timochenko', oficializando el acuerdo de paz es el mejor reclamo para lograr un rotundo apoyo en la decisiva y vinculante consulta popular. La masiva presencia de representantes de gobiernos de todo el mundo debería contribuir a dar confianza a aquellos de buena fe intoxicados por una feroz propaganda. Una vez abiertas las ventanas de la paz, el lunes próximo se trata de que también se abran las puertas de una nueva Colombia, no exenta de grandes dificultades y obstáculos, pero con la paz como estímulo para afrontar el posconflicto.