Al contrataque

Música en vena

Una asociación convencida de que la música cura funciona en 12 hospitales públicos de la Comunidad de Madrid

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ANA PASTOR

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Creo que no ha levantado la mirada. Casi no ha abierto los ojos. No ha hecho falta. Se ha dejado llevar por la emoción y ha terminado a los pies de su cama. El hombre, de unos 70 años, no podía dejar de llorar. Conectado a varios pequeños tubos junto a un monitor que marca sus constantes vitales, no podía dejar de llorar. «A mi edad», me ha dicho luego mientras aún caían lágrimas. Ha escuchado la pieza completa sin despegar la mirada del violín de la pequeña mujer con cara de hada. Minutos antes la escena se repetía en una sala repleta de pacientes oncológicos. Las agujas en el brazo de una madre con su hija sentada muy cerca en el suelo. Un padre anciano con su hija adulta mirándose como quien acaba de reconocer una melodía que suena a pasado pero sobre todo a tiempos mucho mejores. Enfermeras que entran y salen. Sonríen, revisan goteros y vuelven a sonreír. Son como pequeñas criaturas siempre en alerta y que acompasan sus cuidados a las notas del <i>Gracias a la vida</i> de <b>Violeta Parra</b> o de Alfonsina y el mar. Acordes que salen del violín y del contrabajo que todos observan ahora. Entre una pieza y otra, el momento se hace todavía más mágico entre los sillones azules ya gastados.

Estudio clínico en marcha

Por el pasillo aparecen muchos otros rostros sorprendidos y emocionados. Y también un paciente muy mayor pero con ganas de convertirse por un momento en espectador y no en enfermo. Arrastra los pies mientras se apoya en el gotero y, con ayuda, coloca una silla justo delante de la mujer con cara de hada que toca el violín y su alto compañero que la acompaña con un contrabajo. Son las doce de la mañana en el hospital público Severo Ochoa de Leganés, Madrid, y parece que el tiempo se ha parado para los que allí estamos. Solo les escuchamos a ellos. A Maureen Choi, una increíble y joven violinista nacida en Michigan, y a Mario Carrillo, contrabajo español que merecería unas cuantas páginas en cualquier medio de nuestro país. Son una pareja con un talento descomunal que ya está siendo reconocido en otros lugares y que en una mañana cualquiera han decidido regalar su destreza a un proyecto fascinante. Y es mérito de la asociación Música en Vena, que funciona ya en 12 hospitales públicos de la Comunidad de Madrid. Convencidos de que la música cura, ya han organizado más de 400 conciertos, ya sea en la uci pediátrica, la unidad de neonatos, los adultos en hemodiálisis o psiquiatría. Por si fuera poco, acaban de embarcarse en un estudio clínico con conclusiones que habrá que seguir. De momento, yo ya me guardo para siempre el torrente de emociones de pies danzando bajo las sábanas, de sonrisas bajo mofletes hinchados con la medicación, de esas enfermeras arrancándose a bailar, las lágrimas de emoción y recuerdo y los susurros de quien nunca había estado en un concierto de este tipo. Gracias por este regalo.