La rueda

Todo parado hasta que se caiga

La España política va hacia un futuro ignoto que puede ser bastante peor que lo que tenemos hoy

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, reunidos en el Congreso, el pasado 29 de agosto.

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, reunidos en el Congreso, el pasado 29 de agosto. / periodico

CARLOS ELORDI

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Aunque parezca que esté bloqueada, la España política camina. Pero lo hace hacia lo desconocido. Y lo que es peor, ese futuro ignoto puede ser bastante peor que lo que hoy tenemos. La historia, la nuestra y la de otros, enseña que muchas veces lo que hoy parece sólido y resistente puede deshacerse a ojos vista si carece de la fuerza necesaria para avanzar. En España hoy está todo parado, y los que podrían poner en marcha las cosas parecen empeñados en que así siga. Y es posible que el día en que se decidan a moverse sea ya demasiado tarde.

Las fuerzas políticas, que son las únicas que podrían revertir esa deriva, aparecen cada día más débiles, interna y externamente. Sus líderes, al menos los de los cuatro principales partidos de ámbito estatal, están seriamente cuestionados, unos más que otros, y su afán diario casi exclusivo es la lucha por su supervivencia. No se puede descartar que en el último momento pacten un acuerdo que evite las terceras elecciones. Tampoco que estas tengan lugar. Pero ni una ni otra salida solucionará nada de lo importante. Al día siguiente volveremos a estar como hoy. Porque ninguno de los actores tiene ideas ni fuerza ni ganas para proponer algo nuevo, que es lo que hace falta.

El que menos, el PP. Su empecinamiento en mantener sus obtusas políticas, en Catalunya y en todo lo autonómico, en lo económico y en lo social, no permite esperar nada de este partido, a menos que sufra un formidable cambio del poder interno. El PSOE está en la uvi, amenazado incluso por el peligro real de una escisión. Podemos es un outsider y nada indica que vaya a dejar de serlo pronto. Y Ciudadanos se debate en una crisis existencial. ¿Qué impulso renovador y de valentía política para hacer frente a los problemas o, al menos, para frenar el deterioro institucional y funcional se puede esperar de entidades tan dañadas por dentro y por fuera?