Análisis

El Prat vuela con el piloto automático

El aeropuerto de Barcelona no es un 'hub' y difícilmente lo será a corto plazo, pero se ha beneficiado de varias dinámicas

Colas de pasajeros esperando para facturar en el aeropuerto de El Prat.

Colas de pasajeros esperando para facturar en el aeropuerto de El Prat. / periodico

XAVIER FAGEDA

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Una de las grandes reivindicaciones de los catalanes ha sido que el aeropuerto de Barcelona se convierta en un aeropuerto hub como IAG, Lufthansa o Air France. Esta reivindicación se relaciona con la idea de que es la única manera de mejorar las ratios de conectividad aérea, especialmente en vuelos de larga distancia, del área metropolitana de Barcelona. El aeropuerto de Barcelona no es un hub y difícilmente lo será en un futuro próximo. Para ser un hub, el peso de los pasajeros en conexión respecto de los pasajeros locales (aquellos que tienen Barcelona como origen o destino final del viaje) debería ser elevado. Y esto solo es posible cuando el tráfico en el aeropuerto está dominado por aerolíneas de red. En el año 2015, las aerolíneas de bajo coste concentraron en torno al 70% del tráfico en El Prat. Sin embargo, las dinámicas recientes en el transporte aéreo y en su ciudad de referencia han beneficiado mucho a El Prat. En este sentido, la evolución en los últimos años del tráfico ha sido muy buena. En torno a 39 millones de pasajeros utilizaron sus instalaciones en el 2015, experimentando un crecimiento en el tráfico en torno al 20% desde el año 2007 (cuando se llevó a cabo el acto del IESE ). En este periodo, los vuelos intercontinentales (vuelos de más de 4.000 kilómetros) han pasado de representar el 2% a más del 5% del tráfico total.

El turismo, factor clave

Actualmente, El Prat está menos congestionado que la mayoría de grandes aeropuertos europeos. Otro elemento que explica el crecimiento del tráfico en el aeropuerto de Barcelona es el gran dinamismo que muestra el turismo. Es paradigmático el gran aumento del número de vuelos a ciudades de Estados Unidos, país que es uno de los principales emisores de turistas a la ciudad de Barcelona. Mientras que el turismo se está convirtiendo en creciente objeto de quejas por parte de los barceloneses, es oportuno también mencionar que los viajeros por turismo están jugando un papel clave en la consolidación del tráfico intercontinental. Otro factor que beneficia a El Prat es la presencia creciente de compañías asiáticas en el mercado europeo, que cada vez utilizan más los aeropuertos del Viejo Continente para alimentar sus hubs. Aquí, la posición geográfica de Barcelona es excelente, ya que se encuentra en el punto intermedio ideal para hacer de escala en vuelos desde Asia hacia América (o al revés). Finalmente, un último factor que puede favorecer a El Prat en los próximos años es la entrada de las compañías de bajo coste en el tráfico de larga distancia, como ejemplifica el reciente anuncio de Norwegian de ofrecer vuelos desde aquí a EEUU.

Congestión en pocos años

En resumen, el futuro del aeropuerto de El Prat parece estar en manos de las decisiones de las compañías aéreas y de la evolución del turismo. Difícilmente la política tendrá influencia alguna (positiva) en su devenir. Sin ir más lejos, es probable que en pocos años la congestión se convierta en un problema importante que no se corregirá hasta que se llegue a una situación límite.