Opinión
Un acuerdo contra la idea de Catalunya
El pacto PP-C's propone de nuevo un proyecto de España que se construye contra la idea de Catalunya que compartimos soberanistas y federalistas
Carles Campuzano
Conseller de Drets Socials.
CARLES CAMPUZANO
El acuerdo entre el PP y Ciudananos está pensado para radicalizar, si todavía es posible después de cuatro años de contrarreforma constitucional continuada, la liquidación de la autonomía política en España que ha perpetrado el Gobierno popular. Se trata de un verdadero programa centralizador que pretende acabar con los restos del autogobierno, no solo de Catalunya sino del conjunto de las comunidades autónomas.
Desde un mayor control de las finanzas de las autonomías y los entes locales, pasando por la armonización de los impuestos (terminando pues con la escasa autonomía fiscal con la que aún contamos), hasta el reforzamiento de la política denominada de "unidad de mercado" y de las "carteras comunes de servicios" y de más leyes estatales en materias de competencia exclusiva autonómica, se trata de todo un programa que aspira a culminar una política orientada a consolidar una determinada idea de España, que a derecha e izquierda deshace el camino abierto a la muerte de Franco. Se trata de más Estado central y mayor control de todo tipo sobre las comunidades autónomas, jibarizando la autonomía política que queda, convertida en mera descentralización administrativa. Y es que, claro, todo ello viene acompañado de la retórica falangista y rancia en defensa de la Unidad Nacional y un último ataque al modelo de escuela catalana.
SIN RESPUESTA A LAS DEMANDAS CATALANAS
Este acuerdo entre PP y C'S, además, tiene la curiosidad de que, impulsado por un partido nacido en Catalunya, no da respuesta a ninguna de las grandes demandas que en Catalunya logran unos mínimos consensos entre los soberanistas y los federalistas. Unos mínimos consensos que responden a objetivos fundamentales para garantizar el progreso y el bienestar de todos: ninguna referencia a una distribución más justa del reparto de los objetivos de déficit público, ninguna referencia al principio de ordinalidad en materia de financiación autonómica, ninguna referencia a las inversiones en Rodalies, ninguna referencia a una gestión autónoma del aeropuerto de Barcelona y una referencia al corredor mediterráneo al igual que al corredor atlántico... Ninguna sorpresa, C'S nació como una operación anticatalanista que en la práctica solo puede convertirse en contraria a los intereses económicos y sociales de la sociedad catalana en su conjunto.
La aritmética parlamentaria es la que es, sin embargo, y este acuerdo no tiene ningún recorrido de entrada. Pero, ciertamente, es la enésima demostración de que ahora no solo no hay proyecto español atractivo para Catalunya sino que el proyecto español que se propone, de nuevo, se construye contra la idea de Catalunya que compartimos soberanistas y federalistas catalanes.
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