CÓNCLAVE EN LAS FILAS SOCIALISTAS

Valientes, abiertos y al servicio de la sociedad

Miquel Iceta saluda a la concejala Begoña Floria, en el Consell Nacional del PSC del sábado, en Barcelona.

Miquel Iceta saluda a la concejala Begoña Floria, en el Consell Nacional del PSC del sábado, en Barcelona.

JULI FERNÁNDEZ

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El próximo mes de noviembre el PSC se reunirá en su XIII congreso nacional. El congreso llega en un momento ingrato para la socialdemocracia y, a nivel general, de gran desconfianza en la política. Una parte de la sociedad no localiza en nuestro proyecto las respuestas a Cuestiones básicas como el trabajo, la vivienda o la calidad democrática.

El PSC tiene como misión la de ser ambicioso para extraer de este congreso una propuesta transformadora al servicio de Catalunya y de España que incluya compromisos en torno a la radicalidad democrática, la igualdad y el estado del bienestar, y que tenga el propósito de establecer un modelo económico más equitativo. Que tenga la clara intención, en definitiva, de recuperar la máxima confianza de la sociedad.

Nos enfrentamos a la oportunidad de precisar nuestro proyecto sin perder de vista la esencia del socialismo democrático y catalanista. Se presumen indispensables la incorporación de nuevos valores éticos en la gestión pública, la participación y la renovación del compromiso en la lucha contra las desigualdades. El PSC ha contribuido en la construcción, la modernización y la cohesión de Catalunya. Ahora debemos ponernos al día para afrontar los nuevos desafíos que nos han puesto delante el inevitable paso del tiempo y la evolución de la sociedad.

Afrontamos dos grandes retos. El primero, la modernización de la propia estructura del partido para ser una organización más flexible y cercana a la ciudadanía. Debemos afrontar la limitación de mandatos, salarios y cargos, y objetar las puertas giratorias; replantear nuestra estructura territorial, consultar a la militancia y solidificar los procesos de primarias. El PSC debe valorarse como un partido comprometido con la transparencia y la tolerancia cero respecto de la corrupción. Debe reafirmar cordialmente su autonomía en relación al PSOE en las cuestiones políticas sobre Catalunya.

El segundo desafío radica en no perder de vista el hecho de que debemos ajustar nuestras propuestas a las necesidades cambiantes de la sociedad. El propósito de socialismo transformador debe responder, como mínimo, a la humanización del capitalismo, la revisión de las relaciones entre lo público y lo privado, así como acotar el funcionamiento de los mercados; debe garantizar el estado del bienestar para blindar la igualdad de oportunidades y los servicios públicos universales y de calidad; debe defender una nueva política redistributiva de la carga tributaria; promocionar la transparencia y la participación para fomentar la naturaleza de servicio a la política municipal; y debe reivindicar la singularidad de Catalunya entendida no como un privilegio sino como la respuesta justa al reconocimiento de nuestra historia, nuestra capacidad y el sentimiento nacional a través de una reforma de la Constitución aprobada en referéndum en todo el Estado.

Creo firmemente en la vigencia del proyecto socialista y en nuestra manifiesta vocación de servicio; en nuestra tenacidad por la equidad y el progreso. Acertaremos las personas para liderar la nueva etapa. La fortaleza de la militancia nos impulsará hacia nuevas cotas de utilidad social con el fin de defender un proyecto colectivo a favor de la igualdad de oportunidades, la dignidad y la felicidad individual.