La rueda

Podemos es 'hipster'

Es un chico bigotudo con tatuajes que nos hace pasar por moderno fumar con la pipa del abuelo

ANDREU
Pujol Mas

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La subcultura 'hipster' se caracteriza, en buena medida, por presentarnos como modernos una serie de elementos que son más viejos que el cagar agachado. Se ha logrado vender como última tendencia lo que hacía cualquier abuela, ya fuera tejer jerseis a ganchillo, comprar comida en una churrería o hacer magdalenas en el horno de casa mientras se escucha un disco de vinilo. Todo ello se presenta con un aspecto de distinción que no es más que un esnobismo rampante.

Son varias las voces que han etiquetado como conservador este movimiento que, en la práctica, termina vertiendo a la juventud a una actitud inofensiva y de fachada. Sorprende que fuera precisamente desde el área de cultura de Podemos desde donde se reivindicara «acabar con la 'hipsterización' de la cultura», defendiendo que el acceso a esta debía hacerse y difundirse prescindiendo del elitismo.

Me sorprende dado que, en la práctica, lo que hace esta formación es una 'hipsterización' de la política. El componente de esnobismo de los 'hipsters' está presente en ella con la constante distinción respecto al resto de partidos, que pasan a ser banales, vulgares, todos dentro de un mismo saco. Esta distancia, sin embargo, se marca haciendo pasar por nuevas unas fórmulas tan antiguas como una señora haciendo magdalenas o como una barba de leñador.

Cuando Pablo Iglesias dice que respetará los derechos de Catalunya y, a continuación, añade que el referéndum no será una línea roja en la negociación poselectoral, es difícil no acordarse de Zapatero y su desgraciadamente famoso «apoyaré» que terminó siendo un engaño. Cuando leo a Joan Coscubiela que no se trata de independencia sino de cambiar España, no puedo evitar pensar en Cambó que decía cosas como esta hace cien años con el resultado conocido. Podemos no es más que un chico bigotudo con tatuajes que nos quiere hacer pasar por moderno el fumar con la pipa de su abuelo.