A Ester Quintana

Ester Quintana y su abogada, Laia Serra (derecha), saliendo de la Audiencia de Barcelona con la sentencia.

Ester Quintana y su abogada, Laia Serra (derecha), saliendo de la Audiencia de Barcelona con la sentencia.

GERARDO ARIZA

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Gerardo Ariza, uno de los impulsores de la campaña #JusticiaJuanAndrés en defensa de Juan Andrés Benítez, el comerciante del Eixample de Barcelona fallecido tras una violenta detención policial, escribe una carta abierta a Ester Quintana tras conocer la sentencia que absuelve a los dos mossos acusados de dejarla tuerta. Ariza y Quintana han coincidido durante los dos últimos años en el laberinto de la justicia.

"Querida Ester Quintana: nosotros hemos hecho las cosas bien. Siempre desde el respeto, desde el diálogo, nos somos violentos, ni hemos dado muestras de ser maleducados.

Hemos luchado con las herramientas posibles, desde la legalidad, a través de las vías judiciales y desde la calle, rodeado de compañeros que han sido el motor anímico para continuar defendiendo aquello que creíamos que era posible, hacer justicia por dos evidentes casos clarísimos de violencia policial.

Hemos llegado a este momento juntos, y con un resultado bastante curioso. Por un lado, con Juan Andrés no se reconoce error alguno a los Mossos administrativamente, por el tuyo sí, y lo callan con dinero. Penalmente a Juan Andrés se le consiguen unos mínimos sin juicio, a ti se te da la oportunidad de hacer llegar a un juicio para que queden absueltos.

Tendremos que hacer juntos una reflexión, pues nuestras decisiones hoy día serán al fin y al cabo la esperanza para muchas otras personas, a las que debemos transmitir que a pesar de todo merece la pena luchar, intentarlo, y no sucumbir ante la falta de justicia real, o de irresponsabilidad política.

Por otro lado ésta, la política, debe ser a partir de hoy una herramienta que se ponga al servicio de aquellos que sí que queremos de verdad construir un lugar nuevo donde vivir, donde prevalezca el respeto a los derechos humanos y la alegría de convivir, también de los más desfavorecidos, de los olvidados, de los pobres... y de toda persona, sea como sea...

Tengo rabia hoy sí, pero nunca dejaré que nadie tenga la posibilidad de encontrarme desarrollándola como violencia, de manera hostil, o alejado de aquello que amamos: el ser humano y el planeta que habitamos, ni como muestra de no saber estar a la altura de quien quiere verse reflejado en nuestra lucha contra la impunidad.

Di, hoy conmigo y más que nunca, SÍ A LA VIDA:

¡No hay revolución sin amor!