LOS SÁBADOS, CIENCIA

Las otras nuevas generaciones

Los premios son un estímulo para jóvenes talentos científicos que han de trabajar en tiempos difíciles

MANEL ESTELLER

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La semana pasada tuvieron la amabilidad de reconocer nuestra labor investigadora con el Premi Nacional de Recerca otorgado por la Fundació Catalana per la Recerca i la Innovació (FCRI) y la Generalitat de Catalunya. Una pregunta común fue: ¿para qué sirven los premios? Y la mejor respuesta que tengo sigue siendo: son un estímulo. No estoy hablando específicamente de nuestro caso, si no que quiero referirme especialmente a los investigadores más jóvenes que, en tiempos grises y de dudas, continúan haciendo en nuestra casa una tarea excelente. En este sentido, iniciativas como el Premi Nacional de Recerca al Talent Jove, dado durante el mismo acto, son necesarias e imprescindibles para ayudarles. Dicho galardón se da a investigadores en activo que no hayan cumplido 40 años y que actualmente estén desarrollando su actividad científica en Catalunya, no importa donde hayan nacido. Quisiera explicar brevemente lo que investigan los últimos premiados en este apartado en las últimas cinco ediciones.

En el 2011, el premio fue para la Núria Lopez-Bigas que dirige el laboratorio de Genómica Biomédica del Programa de Investigación en Informática Biomédica (GRIB), un proyecto común del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y la Universitat Pompeu Fabra (UPF). López-Bigas es profesora de investigación del Instituto de Investigación y Estudios Avanzados ICREA en el Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud (CEXS) de la UPF. Su formación previa incluye el European Bioinformatics Institut (EBI) de Cambridge (Reino Unido) y el Centro de Regulación Genómica (CRG). Núria es experta en Bioinformática, en la aplicación de los métodos computacionales en la gestión de análisis y datos biológicos. De su grupo han salido herramientas usadas por investigadores biomédicos en todo el mundo, como IntOGen, Condel o Gitools. Tiene interés en analizar los genomas del cáncer para identificar genes y vías celulares implicados en la enfermedad.

MUTACIÓN DE ADN

En el 2012, el premio fue para Ben Lehner, investigador ICREA en el Programa de Biología de Sistemas del CRG, estando coordinado con el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL). Habiéndose formado en la Universidad de Cambridge y el Wellcome Trust Sanger Institute, aterrizó en nuestro país para estudiar, entre otras cosas, cómo diferenciar lo que es una mutación de lo que es un cambio más benigno de nuestro ADN. ¿Es posible hacer predicciones de salud y enfermedad si conocemos toda la secuencia del material genético de una persona? ¿en qué grado podemos estar seguros de nuestras hipótesis? De todo ello se encarga su grupo, mezclando trabajo experimental y bioinformático, y a veces usando un gusanillo muy popular en biología llamado 'Caenorhabditis elegans'.

El año 2013, el premio fue otorgado a Isabelle Anguelovski, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental (ICTA) y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Isabelle es una investigadora de las ciencias sociales, habiendo trabajado previamente en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en la Universidad de Harvard y en la Universidad de París y Sorbona. Estudia las interacciones entre las políticas de planificación urbana, las desigualdades sociales y el estado de desarrollo de las poblaciones. Su trabajo de campo le ha llevado a estudiar las actividades comunitarias de barrios marginados de Boston, La Habana y Barcelona, entre otros. También está interesada en crear sociedades urbanas más verdes, reduciendo las emisiones de derivados del carbono.

EL GRAFENO

En el 2014, el galardón fue para Romain Quidant, profesor ICREA del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), centro situado en Castelldefels y dirigido por el incombustible Lluís Torner. Romain viene de la Universidad de Dijon en Francia y, entre otras cosas, se dedica a la nano-óptica. Ha diseñado un minúsculo chip que aprovechando las características de la luz y unas partículas muy pequeñas de oro podría detectar enfermedades en la sangre. Óptica cuántica, terapia fototérmica y biofotónica son su pan de cada día.

Y finalmente, en el 2015 el premio ha sido para Frank Koppens, también profesor ICREA en el ICFO. Es un físico formado en las universidades de Eindhoven y Deft de Holanda y uno de los mejores expertos mundiales en un nuevo material revolucionario llamado grafeno. Frank investiga en nanotecnología optoelectrónica, combinando a nivel microscópico luz y electrónica. Una aplicación de su investigación es la creación de un dispositivo portátil fotodetector que basado en el grafeno permite diagnosticar alteraciones de los parámetros normales con que medimos la salud. Frank, en su discurso de agradecimiento habló de llegar a la luna. No puedo imaginar unos astronautas mejor formados que estas nuevas generaciones de científicos. Por favor, ayudemos entre todos y ¡que empiece el gran viaje!