¿'Sorpasso' o escapada?

Sucede en la política como en la patología humana: los cuerpos extraños, como la coalición de Podemos e IU, acarrean la aparición de anticuerpos

ENRIC HERNÀNDEZ

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Un cuarentón simpático y fanfarrón conoce a un joven estudiante en pleno ferragosto romano. Pese a sus caracteres antagónicos, Bruno (Vittorio Gassman) convence al tímido Roberto (Jean-Louis Trintignant) para emprender una odisea sobre ruedas y a todo gas, sin reparar en los peligros de la carretera. De ahí el título de la tragicomedia dirigida en 1962 por Dino Risi: 'Il sorpasso', que en italiano significa "adelantamiento" pero que en España se estrenó como 'La escapada'.

¡'Sorpasso'!, gritaron ufanos los italianos cuando su PIB nacional superó el del Reino Unido. ¡'Sorpasso'!, clamó el califa Julio Anguita mientras, en los estertores del felipismo, se conjuraba con José María Aznar para que Izquierda Unida adelantase al PSOE... y este se precipitase por el barranco. No hubo despeñamiento, ni adelantamiento, ni califato; sí ocho años de aznarato.

'Sorpasso' es, también, el eslogan de la la coalición/absorción electoral de Podemos e IU, que redibujará el mapa político español del 26-J. La fusión entre la llamada nueva política y el viejo comunismo, espoleada por las premuras de Podemos y la asfixia financiera de IU, es la principal novedad, si no la única, de esta frustrante segunda vuelta del 20-D.

De las diferencias entre Bruno (Pablo Iglesias) y Roberto (Alberto Garzón) da fe la hemeroteca. Pero al émulo de la UCD (Garzón 'dixit') y al "pitufo gruñón" (en palabras de Iglesias) les unen ahora el azar, la necesidad y, sobre todo, la ley d'Hondt. Seguro que sabrán orillarlas.

El voto del miedo

Sucede con la política como con la patología humana: la aparición de un cuerpo extraño acarrea la aparición de anticuerpos. Agitará el espantajo de los "radicales" el PP de Mariano Rajoy, evocando si es menester el Frente Popular republicano en busca del voto útil conservador. Y también el PSOE de Pedro Sánchez, presentando a la extrema izquierda como una amenaza para el progreso, amén de cooperadora necesaria para la continuidad de la derecha. Otra vez, el voto del miedo.

Tras muchas aventuras y adelantamientos, la escapada de Bruno y Roberto tiene un desenlace trágico. Pero la historia no tiene por qué repetirse. O sí.