El 'superjueves británico'

El mayor triunfo laborista ha sido la alcaldía de Londres, que por primera vez estará en manos de un musulmán

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En el Reino Unido las elecciones municipales o legislativas parciales han sido tradicionalmente la ocasión para propinar un voto de castigo al partido del Gobierno. Esto era así cuando imperaba el bipartidismo. Ahora, la fragmentación política y la existencia de elecciones autonómicas desde que se estableciera la devolución de poderes a Escocia y Gales, y se resolviera el conflicto de Irlanda del Norte, han alterado aquella práctica. El pasado jueves, una especie de superjueves británico, los electores votaban muchas cosas y muy distintas. Por ello el análisis de aquellos resultados no es fácil. Sin embargo, han emergido varias tendencias.

El independentismo escocés ha logrado su tercera gran victoria consecutiva, pero esta hazaña se ha visto empañada por la pérdida de la mayoría absoluta. En el pasado, Escocia era terreno laborista del que se había expulsado a los conservadores, pero el imparable ascenso del Partido Nacionalista Escocés, convertido en partido hegemónico en el Parlamento de Holyrood, arrinconó a la izquierda. Ahora los tories han vuelto tras recoger el voto del sector de la derecha partidario del unionismo que había quedado sin representación. El Parlamento estará más fragmentado, pero será más representativo.

La gran incógnita era saber si el Partido Laborista, con Jeremy Corbyn al frente, seguía en su fase de declive. Globalmente los resultados indican que el líder radical ha salvado los muebles y puede presentarse ante los británicos como un líder capaz de detener la caída y ser fiable al mismo tiempo, algo que será de gran utilidad en el referéndum sobre el Brexit, tanto para el propio partido como para la campaña favorable a seguir en Europa. La victoria de Sadiq Khan, el candidato con el que el laborismo recupera la alcaldía de Londres, es el mayor triunfo que la izquierda ha logrado en esta jornada electoral. Lo es por tratarse de una de las grandes capitales europeas y la sede financiera del continente. Pero también porque por primera vez un musulmán llega a la alcaldía de una gran urbe europea. Por su parte, el populismo xenófobo del UKIP sigue avanzando aunque lo haga muy lentamente. Los británicos elegían cosas muy distintas este jueves, pero la suma de todos los resultados apunta a un reequilibrio de las fuerzas políticas en un espectro que sigue alejándose del tradicional bipartidismo británico.