Tú y yo somos tres

Ecografías televisadas

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ala vista del enunciado del programa (9 meses con Samanta, Cuatro) y de la temática (seguimiento televisado de nueve meses de gestación) temimos que todo fuese un show lleno de trampas. Recordando otros programas de su ya dilatada trayectoria, sabíamos cómo se las gasta Samanta Villar. No ha sido el caso. Le ha salido a Samanta un programa -que tendrá dos entregas más- mucho más limpio, y sobre todo útil, de lo esperado.

Efectivamente, ella estaba embarazada. ¡Y de mellizos, además! No había simulación ni engaño. También es de justicia resaltar que su posturismo ante las cámaras no ha sido exagerado. La concesión al espectáculo, o a la comedia, ha sido prudente, moderado, tratándose de un docu-reality del imperio Mediaset.

El seguimiento que paralelamente han hecho al caso de una gestante, Laura, cuyo feto sufría espina bífida, y la delicada operación -también televisada- para minimizar el daño, ha sido un ejercicio ejemplar en su intención, y enormemente gratificante, porque hubo final feliz. O sea, que esta vez a Samanta Villar le ha salido un programa elogiable.

La audiencia estamos escamados con las ecografías televisadas. A menudo se transforman en shows sobre un feto taladrado por las cámaras. Quién sabe si esa criatura, cuando tenga unos años, pedirá responsabilidades por haber invadido su intimidad embrionaria. El caso más delirante lo tengo anotado en septiembre del 2001, en el programa Tómbola (Canal 9 de Valencia). Contrataron a Dinio, entonces famosísimo cubano. Comunicó que su compañera Elianne estaba embarazada. Dijo que estaba esperando el resultado de la ecografía. «¡Es niño! ¡Mira, tenemos la ecografía grabada!», le gritaron entonces los presentadoresO sea, que la tele, y media España, se enteraron, nos enteramos, de que tendría un varón antes que el padre. Puede que todo fuera una martingala preparada, pero el caso fue alucinante.

Otra ecografía, mucho más intolerable, fue en marzo del 2005. En El programa de Ana Rosa pasaron un resumen del reportaje El tren de los sueños rotos, queemitió Tele 5 un año después de los atentados del 11-M. Bajo un rótulo que decía «Su sueño era nacer en mayo», emitieron la ecografía del vientre de una fallecida. Dieron incluso un primer plano, coloreado, del feto que no llegó a nacer, porque su madre murió el 11-M, asesinada. Aquello fue inadmisible. Hay fronteras que el amarillismo nunca debería traspasar.