Hasta el moño de los deberes...

TOMÀS NAVARRO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Nunca he creído en los deberes, sean escolares profesionales. Nunca le he encontrado el sentido a tener que llevarte trabajo a casa.

Imagínate que tu hijo llega a casa sin deberes. Quizás, después de descansar un poco, podría ponerse a leer, o a investigar en internet sobre algunos de los temas que ha tratado en clase, o incluso a tocar algún instrumento.

Quizás, si tu hijo no tuviera deberes, podría complementar su formación con alguna práctica deportiva que le ayude a que su cuerpo crezca tonificado, con alguna práctica plástica que estimule su creatividad o con alguna práctica artística que desarrolle su sentido musical.

¿Es que acaso la educación física, artística, musical o plástica son menos importantes que la educación formal? Mira, ya que no pueden disponer del tiempo que se merece en el aula, por lo menos que puedan dedicarle tiempo fuera del horario escolar. ¿No crees?

Sin deberes, quizás tu hijo pueda jugar con otros niños y aprender a socializarse o incluso jugar contigo y aprender de tu experiencia y de tus conocimientos. Incluso podría ensimismarsemeditar o pensar.

Pero no, es mucho más importante que pasen la tarde haciendo deberes. Siempre he pensado que con una jornada escolar bien diseñada trabajada, había tiempo más que de sobra para aprender muchísimas cosas.

A lo largo de la escolarización de mi hija, de su breve escolarización de apenas cinco años, he escuchado a padres pronunciar frases como por ejemplo cada tarde es una tortura con los deberes, vamos a bronca diaria... O, yo no soy profesor y no tengo ni idea de cómo tengo que enseñarle esto... O, mi hijo no puede hacer deporte, tiene un montón de deberes por hacer... O, mañana lo levantaré a las siete para que haga los deberes... O, me quedo a comer en el trabajo, así puedo escaparme a las cinco para ayudarle a hacer los deberes... O, mi hijo se espera despierto hasta las nueve, cuando llego a casa, para que le pueda ayudar a hacer los deberes.

Los deberes no tendrían que ser el recurso para acabar lo que no se ha hecho en clase ni mucho menos para entender lo que no se ha trabajado suficientemente bien en clase. Es más, al final los deberes lo que acaban provocando es una discriminación entre los alumnos que son ayudados por sus padres y los que no...

¿Pero qué sentido tiene tal tortura? Estamos delegando una responsabilidad a los padres y a los niños que no sabemos si pueden asumir. Estamos provocando conflictos familiares. Estamos impidiendo el desarrollo armónico y equilibrado de nuestros hijos y, lo más importante, estamos haciendo que nuestros hijos odien ir a la escuela, aprender e investigar. Estamos matando su curiosidad...

¿Qué pasa después con estos niños? Pues que se vuelven adultos sin curiosidad, adultos sin interés por aprender, adultos que sólo harán lo que les manden, los deberes que les manden, que no serán proactivos y que no sabrán que hacer con su tiempo libre.

Pero no, es mejor seguir empeñados en mantener un sistema educativo obsoleto que no nos prepara en absoluto para la vida. Un sistema que expulsa a niños creativos y curiosos. Un sistema que penaliza a los niños que tienen un talento artístico, plástico, musical, deportivo o creativo.

Quizás algún día escuchemos a GadnerFunes Tonucci y abandonemos esos obsoletos esquemas que tenemos sobre la educación. No nos faltan buenos profesionales, ni profesores motivados, ni recursos... ¿Qué es lo que está impidiendo este cambio de paradigma?

Ups, ya sé, quizás alguien esté demasiado ocupado haciendo deberes sin sentido, llegue al trabajo cansado y sin haber desconectado, esté superado por el día a día y no tenga tiempo para pensar... Quizás, incluso, ni tan solo sepa pensar... Quizás esté esperando a que alguien se lo mande como deberes para hacer en casa... Deberes que hará rápido y desmotivado, sin el más mínimo interés por aprender... Deberes que hará para cubrir el expediente y para que su profesor o su jefe no lo avergüence delante de sus compañeros...

TEMAS