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El diario que publicó la mejor documentación sobre quién es Mario Conde es el Boletín Oficial de las Cortes del 21 de octubre de 1994. Alfredo Sáenz, que se hizo cargo del Banesto, intervenido por orden del Banco de España en diciembre del 1993 con la anuencia del Santander y del BBV, dictó ante los diputados una lección magistral sobre gestión de bancos y dejó para la posteridad (más inmediata de lo previsible) un aviso sobre lo fácil que es despistar dinero en cuentas bancarias: "El dinero no está, pero eso no significa que se haya perdido, simplemente ha desaparecido y alguien lo tiene. Es lo que nos lleva los demonios, pero ya se verá". La premonición del mejor gestor bancario español tras la muerte de Pedro de Toledo en Barcelona (1989) hasta nuestros días, se ha cumplido.

Sáenz coincidió con Conde en las aulas de la Comercial de Deusto. El vizcaíno Sáenz definió una  vez al gallego Conde como "un pijín listo". Reconocía su capacidad de maniobra, pero le advertía un mal vicio, la soberbia.No es mal indicio que el abogado del Estado y petulante acabe sucumbiendo, de nuevo, entre investigaciones impulsadas por funcionarios con más sentido moral y cívico como jueces, inspectores de Hacienda y fiscales. ¿Dudas?, sí: a ver como acaba.