Explorando los polos

En 'Germans de gel', premio Documenta, Alicia Kopf es grave y ligera, anecdótica y trascendental

Alicia Kopf.

Alicia Kopf. / periodico

VICENÇ PAGÈS JORDÀ

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Las bases del premio Documenta estipulan que solo se pueden presentar a él los menores de 35 años. Entre los últimos ganadores se alternan obras experimentales como 'Albert Serra (la novel·la, no el cineasta)', de Albert Forns, y libros de cuentos con planteamiento, nudo y desenlace como los recogidos en 'Puja a casa', de Jordi Nopca. La ganadora de la última edición fue 'Germà de gel', de Alicia Kopf, seudónimo de Imma Ávalos Marquès (Girona, 1982), licenciada en Bellas Artes y en Teoría de la Literatura.

La primera parte de 'Germà de gel' es una aproximación a las gestas de los exploradores polares; la autora aporta erudición, capacidad combinatoria, originalidad. En la segunda parte -la más larga- asistimos a un giro autobiográfico que incluye el recuerdo de una adolescencia problemática, las visitas al psicoanalista, las discusiones con la madre dominante, la ausencia del padre, la presencia del hermano. La tercera, muy breve, es el diario de un viaje a Islandia.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"'Germ\u00e0 de gel'","text":null}}El hielo, sobre el cual la autora ha trabajado también en la vertiente artística, unifica la historia, el individuo y la geografía. Como metáfora, representa por lo menos la exploración intelectual, la frialdad sentimental y el vacío. En este sentido, las piezas de 'Germà de gel' dialogan de una manera fecunda, a pesar de la obviedad de algunos símiles. Lo que sorprende es la diversidad de facetas de la autora, que puede ser lúdica como Vila-Matas, melodramática como Tennessee Williams y cazadora de instantes a la manera de Sebald.

Las tres piezas de 'Germà de gel' muestran la capacidad camaleónica de la autora, interpretable como un catálogo de estilos o como un colage metonímico: puede desaparecer de la escena, zambullirse en el egocentrismo extremo o interesarse por el paisaje. En su libro anterior, 'Maneres de (no) entrar a casa' (2011) se acercaba con humor a un tema más bien dramático. En este último verifica gestas, recoge anécdotas, escribe un dietario de búsqueda, critica los narradores omniscientes, visita ARCO, busca una épica, alterna el constructo gélido con la transcripción naïf: ella es a la vez objeto y sujeto. Grave y ligera, anecdótica y trascendental, parece que Alicia Kopf no está segura de haber llegado al lugar que quería, pero al mismo tiempo parece satisfecha -con razón- del resultado.