MI HERMOSA LAVANDERÍA

Las lágrimas de Hitchcock

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ISABEL COIXET

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1962. Desde París, un joven cineasta francés, que había dirigido tres largometrajes, le escribió a un consagrado director de Hollywood una carta en la que le manifestaba su admiración y le pedía algo insólito: entrevistarle durante ocho días y publicar un libro sobre sus conversaciones. No se conocían personalmente. El francés había visto innumerables veces las películas del de Hollywood, pero este solo conocía al otro de nombre. En el momento en que esto se produjo, las diferencias entre el cine europeo y el americano eran todavía más tajantes que ahora: el cine de Hollywood era cine comercial, cine para ver comiendo palomitas y para hacer dinero, mientras que el cine europeo era un amasijo de artesanos con una serie de autores aislados que triunfaban en Cannes y en Venecia. 

Pero los críticos de 'Cahiers du cinéma', autores de la Nouvelle Vague ellos mismos, cambiaron con un entusiasmo rayano en la pasión esta idea y reivindicaron con toda su artillería a directores considerados meros artesanos del encargo como autores de enorme valor. Uno de los directores cuyo estatus de artista fue unánimemente defendido por todos era Alfred Hitchcock, y el joven director que cambió para siempre la comprensión y la valoración de sus películas, François Truffaut. Hitchcock, con una enorme perspicacia, entendió que Truffaut le proporcionaba una plataforma para explicarse por primera (y por última) vez, y para verse intelectualmente promocionado de director comercial de gran público a genio del cine. Se abrió a Truffaut con humor, con magnanimidad, con sabiduría, sometiéndose sin chistar a los cientos de preguntas que este había preparado, ayudado por una traductora simultánea. Detalle a detalle, fotograma a fotograma, el libro 'Hitchcock/Truffaut', publicado finalmente en 1967, desgrana una de las carreras más insólitas de la historia del cine y retrata una relación de alumno/maestro que se transformó en una profunda amistad y se prolongó durante el resto de las vidas de ambos. Para muchas generaciones de cineastas y cinéfilos, este libro es la Biblia. Es agudo, tierno, incisivo, conmovedor, divertido y enormemente didáctico. 

Llega ahora a los cines el documental 'Hitchcock/Truffaut' sobre la gestación de esta obra monumental, donde el espectador tiene la oportunidad única de escuchar las voces de ambos y ver, al mismo tiempo, los fragmentos de películas que mencionan. Aparecen también en él varios directores (Scorsese, Schrader, Linklater, Assayas…) valorando la enorme influencia que tuvo esa obra en sus vidas y en sus filmografías. Un documento absolutamente imprescindible para los que amamos el libro y para las nuevas generaciones que lo descubren ahora. Algo que ignoraba, y que aparece al inicio del filme, es el telegrama de respuesta del director de Psicosis a la propuesta del autor de 'Jules et Jim': “Monsieur Truffaut, su carta me ha hecho llorar”. Hubiera dado cualquier cosa por ver ese momento.