IDEAS

La familia basura

RAMÓN DE ESPAÑA

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Fabricar una serie a medio camino entre 'Downton Abbey' y 'Shameless' no es cosa sencilla, pero yo diría que los ingleses lo han logrado con 'The Royals', que se estrenó hace unos días en Movistar Plus y que narra las patéticas andanzas de una imaginaria familia real británica que no da más asco porque no entrena lo suficiente.

La clase política local ya se había llevado lo suyo hasta ahora, de forma más o menos amable ('Sí, Ministro' y 'Sí, Primer Ministro') o directamente despiadada ('House of cards', la original, no el triunfal remake norteamericano), pero la familia real se había limitado a recibir pullas esporádicas en programas de humor. Recordemos 'Spitting Image', donde al muñeco de la reina madre siempre le asomaba del bolso una botella de ginebra Beefeater. Con 'The Royals' la monarquía ocupa el centro del escenario, y lo hace mezclando géneros –del culebrón a la sátira– y con un trazo más bien grueso que no sabemos muy bien cómo evolucionará a partir del tercer capítulo.

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Por lo que se ha visto en los dos primeros, la intención es presentar a la primera familia del país como una catástrofe andante a la que solo el dinero distingue del típico núcleo familiar disfuncional con todos sus miembros en el paro, el padre en el pub y los hijos a merced de la asistente social.

Abundan en 'The Royals' los personajes monstruosos, empezando por la propia reina, una arpía insufrible que es como Angela Channing, pero en el palacio de Buckingham. Por no hablar del hermano del rey, un pervertido bisexual y cocainómano que desearía ver muerto al monarca y que tiene dos hijas, horrendas y pelirrojas, que solo piensan en ir de farra y en que alguien, por fin, las desvirgue. El príncipe heredero –su hermano mayor acaba de morir al principio de la serie– es un buen chico pero su hermana es una beoda y una drogadicta que ya ha salido en la portada de los tabloides varias veces, generalmente cayéndose de culo y mostrando en primer plano sus reales partes íntimas.

De momento, 'The Royals' muestra ciertas dificultades para encontrar el tono, pero se revela muy entretenida y, sobre todo, demuestra que a los británicos no les da miedo nada a la hora de fabricar una ficción esperpéntica.