opinión

Insatisfacción crónica

TOMÀS NAVARRO

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Empiezo a trabajar a las ocho de la mañana. No soy más que un reponedor de un supermercado. Si pudiera ser cajero mi vida cambiaría. Eso sí que es un buen trabajo. Todo el día sentado y hablando con clientes. 

Vaya agobio. Todo el día escuchando problemas de los clientes. Si en vez de cajero pudiera ser encargado de supermercado todo cambiaría. Me gustaría estar en el despacho, rodeado de papeles y asistiendo a reuniones importantes en la central.

Otra reunión en la central. Vaya caña que nos dan, además estamos todo el día encerrados en un local. Si pudiera trabajar al aire libre sería feliz, disfrutando del sol y de la brisa en la cara, a mi aire, todo el día en la calle.

Llueve otra vez, estoy harto de trabajar en la calle. Cada día es igual. Coge una cámara y haz fotos de manifestaciones, cubre eventos, asiste a cócteles. Odio los cócteles, odio comer canapés, todos son iguales. Si pudiera trabajar tranquilamente en un banco. Yo quiero ser director de una oficina bancaria. Un director respetado...

No. No le podemos conceder el crédito. Bueno en realidad si que podría pero no quiero arriesgar el bonus. ¡Cualquiera se atreve a tener un mal indicador! Estoy harto de atender a gente que se cree que tiene mucho dinero. Si me pudiera ir a la central, al departamento de inversiones. ¡Estos si que hacen un trabajo interesante!

Todo el día colgado de la pantalla del ordenador. Estoy cansado de analizar números y tendencias. ¿Tú sabes la responsabilidad que tengo? Si me equivoco lío un follón histórico. Mejor hago como siempre y no asumo riesgos. Un excel lo soporta todo. Si pudiera dirigir un equipo en una multinacional...

Tanta presión no se puede soportar. Además de cuadrar los números, buscar clientes, hacer propuestas y aguantar al amargado de mi jefe, además de todo eso, tengo que motivar a un equipo de personas inmaduras que se dedican a fastidiarse los unos a los otros. Mejor los dejo que se apañen solos. Yo a lo mío a vender y a soñar. Si algún día pudiera montarme mi propio negocio.

Otro requerimiento de hacienda. Vaya presión fiscal. ¿Tendrán la misma presión corruptos, grandes empresarios y políticos? No me salen los números. No hago más que pagar impuestos, aguantar a los clientes, esconderme de los acreedores y llorarle a los bancos. Si pudiera ser funcionario...

Vaya, otro año sin que me suban el sueldo. No tienen bastante con congelarnos el sueldo sino que además nos amenazan con que nos quitarán la paga extra. Luego quieren que trabajemos a tope. Bueno si no les gusta que me echen. Je, je, a ver si pueden. Otro día igual que el anterior. Si pudiera tener un trabajo estimulante.

Otro día arriba y abajo, ¡Qué ganas tengo de tener un poco de rutina! Que si un shopping en Los Ángeles, que si una pasarela en París, que si una party en Ibiza. Otra vez a Ibiza, con el calor que hace. Otra vez a aguantar a clientes desfasados. ¡Qué agobio de tacones! Siempre tan bien vestida. Si pudiera trabajar de algo más tranquilo, al lado de casa, sin viajar tanto...

 ¡Mozo! ¿Dónde está el arroz? Mira qué trabajo tan sencillo. Sin preocupaciones, sin tener que ir peripuesta, sin presiones, al lado de casa...