Editorial

El legado de Muriel Casals

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Las graves heridas que le ocasionó un absurdo atropello de bicicleta han causado finalmente la muerte de Muriel Casals, diputada de Junts pel Sí, expresidenta de Òmnium Cultural y uno de los símbolos destacados del proceso independentista catalán. De profundos compromisos ideológicos, que ya desarrolló de forma activa en la lucha antifranquista, y siempre en la defensa de la lengua y cultura catalanas, su desaparición causa gran conmoción no solo en el ámbito de la clase política, sino también en amplias capas de la sociedad que siempre admiraron la humildad y discreción que acompañaban su trayectoria pública.

Presente desde el principio en las multitudinarias manifestaciones populares del catalanismo, Casals ha sido denominada la 'sonrisa del procès' por el talante tranquilo y afable con que afrontaba los episodios más complejos del proceso, frente al punto de excitación que acompañaba a la otra gran entidad dinamizadora del independentismo popular, la Assemblea Nacional de Catalunya. Precisamente ese carácter discreto y transversal constituía ahora uno de sus grandes capitales para pilotar la Comisió de Procés Constituent, palanca clave para negociar las leyes fundamentales de la desconexión. Era la persona idónea desde esa tribuna tejer pactos y complicidades que evitaran la polarización social. Mantener ese espíritu conciliador será el mejor homenaje que se le puede hacer ahora a su digna trayectoria política y humana.