Ecologismo es soberanía

El pasado 26 de enero tuve la oportunidad de estrenarme en la tertulia del programa L’Oracle de Catalunya Ràdio. Aquel día el invitado era el meteorólogo Francesc Mauri, que venía a hablar de las consecuencias del cambio climático coincidiendo, casualmente, con la presentación del anteproyecto de Ley de cambio climático de la mano de Josep Rull, consejero de Territorio y Sostenibilidad. Mauri, además de tener unos profundos conocimientos, es un gran comunicador, por lo cual la conversación fue interesantísima.

En un momento del programa, el meteorólogo señalo una cuestión primordial: es importantísimo apostar por las energías renovables para dejar de depender de unos combustibles fósiles que, en muchos de los casos, provienen de países donde imperan regímenes políticos que no tienen respeto por los derechos humanos ni por la democracia. Optar por las energías renovables es optar también por un mundo mejor a nivel político.

Putin controla el grifo del gas de buena parte de Europa y lo ha utilizado como arma en su invasión de Ucrania, así como para presionar los países de la Europa del Este que habían estado bajo órbita soviética. Todos conocemos los regímenes despóticos y la conflictividad que hay en el Próximo y Medio Oriente, en buena parte a causa de la presencia de petróleo.

En un momento como el actual en que en Cataluña se está debatiendo acerca la soberanía es muy importante que el debate de las energías renovables se ponga sobre la mesa, no solo como una lucha efectiva contra el cambio climático y las consecuencias medioambientales que comporta, sino como un asunto estratégico.

Las políticas para fomentar las energías renovables son esenciales para garantizar, sino la independencia, la menor dependencia energética posible de Cataluña. La energía eólica, hidroeléctrica y una explotación forestal responsable para la generación de combustibles, además de hacernos más libres, proporcionarían puestos de trabajo en nuestro territorio mismo.