GEOMETRÍA VARIABLE

¿Olvida Podemos que la "audacia" conduce a la guillotina?

La duda es si Pablo Iglesias quiere pactar con Pedro Sánchez o prefiere comerse a toda la izquierda

JOAN TAPIA

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'El PP se lanza a abortar el pacto de izquierdas', ese era este lunes el titular de este diario. Tras renunciar (por ahora) a ir a la investidura, Mariano Rajoy quiere que la presión mediática, financiera, europea e incluso del comité federal del PSOE del sábado (en el que parece tener mucha fe) haga desistir a Pedro Sánchez. Su gran propuesta es un pacto de tres partidos "con la misma concepción de la unidad de España". Mal argumento, porque el PP recurrió ante el Constitucional el Estatut pactado por el PSOE con los partidos catalanes (menos ERC) y originó así la crisis más seria de la unidad de España.

La formación del Gobierno será muy difícil. El centroderecha (PP y Ciudadanos) tiene 163 diputados y la izquierda (PSOE y Podemos), 161. Quizá al final, para evitar nuevas elecciones, haya que llegar a un salomónico pacto PP-PSOE (los socialistas se abstendrían en la investidura y el PP cambiaría de candidato y registro).

Pero antes habría que hacer las cosas bien. Rajoy debería presentar un programa que demostrara que quería al PSOE de socio y no de monaguillo. Y Pedro Sánchez tendría que intentar el Gobierno de izquierdas. Si los dos se estrellaban... entonces se abriría la tercera fase. Pero imponer la tercera fase saltándose las dos primeras (como desean muchos sumos sacerdotes del régimen) es una gran equivocación. La democracia no puede consistir en levantar un cordón sanitario en torno a Podemos.

Los españoles están perplejos. Según la encuesta de la SER de este lunes, la última conocida, un 27,2% desean un Gobierno PSOE-Podemos con otros partidos frente a un 25,5% que optan por uno del PP con el apoyo de Ciudadanos y el PSOE, y un nada despreciable 17,2%  preferiría un Ejecutivo PSOE-Podemos-Ciudadanos. No es fácil simplificar los deseos de la gente, pues hay empate entre derecha e izquierda y también sobre el Gobierno preferido.

El problema no es tanto que Pedro Sánchez no deba intentar una arriesgada pero legítima investidura con Podemos. Lo que pasa es que es muy posible que Pablo Iglesias no la quiera. En campaña dijo que no querría gobernar sin ser presidente, luego el referéndum catalán era una línea roja, y el viernes se descolgó proponiendo, en rueda de prensa y sin haberlo hablado antes con el PSOE, un Gobierno de coalición con él de vicepresidente y Podemos en cinco ministerios clave. Luego añadió el desprecio a Sánchez sobre "la sonrisa de la historia" y este lunes dijo no confiar en los viejos aparatos del PSOE (los que tienen que decidir) "pero admirar a sus bases y votantes". No se negocia así un pacto de investidura, como en Portugal, y menos un Gobierno de coalición, que es una cosa distinta y exige gran confianza en el socio.

Parecería que Iglesias solo pretende abrir los telediarios con sus extravagancias, dejar claro que no es un socio ni fiable ni realista y forzar al PSOE a hacer de PASOK. La izquierda suma 170 diputados (contando incluso con los 9 de ERC) y siempre necesitaría un partido de centro para gobernar (Ciudadanos, el PNV o CiU). Nadie sensato satanizaría, pues, los 40 escaños de Albert Rivera. Y reformar la Constitución (objetivo del PSOE y de Podemos) exige consensos con el PP, que tiene mayoría en el Senado.

La asignatura pendiente de Iglesias es enterrar la épica venezolana y entender las claves de la democracia y Europa. Ahí está el cáliz del Gobierno Tsipras un año después de su victoria. Este lunes pedía al PSOE la "audacia" que dice que le hizo pasar a la historia a Georges-Jacques Danton en la Revolución Francesa. ¿Ignora que el pobre Danton fue guillotinado por otros más 'audaces' a los 35 años? En 1794, cinco después de la revolución.