Un lápiz de punta dura

JUAN VILLORO

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Sexto Piso acaba de publicar 'La muerte de mi hermano Abel', titánica novela de Gregor von Rezzori, ubicada en la niebla y la noche de la posguerra.

El narrador es un exitoso guionista de cine que dedica 19 años a escribir la Gran Novela sobre la destrucción de Europa. No logra dar coherencia a sus papeles dispersos, pero trata de convencer a un agente literario de que tiene materiales para lograr una obra maestra. Con la angustia de quien abre un expediente que puede exculpar o incriminar, muestra las muchas cosas que ha escrito y reflexiona en sus errores. El resultado es una deslumbrante indagación del proceso de creación literaria. El fracaso del protagonista es el triunfo de Rezzori.

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En fragmentos de la novela que “no ocurrió”, destaca un retrato de la Europa devastada. Ante esas casas heridas por la metralla, el narrador siente que ya ha visto la escena. En la excepcional versión de José Aníbal Campos: “Conocía esos contornos bien definidos que parecían dibujados a punta de plata, ese colorido edematoso, la acuarela del polvoriento amarillo de los muros y el antiguo rojo de las telas despedazadas. En alguna ocasión, presa de sufrimiento, lo había acogido en mí… Pero ¿cuándo?... ¿dónde?... Cuando lo recordé, el asunto me afectó tanto que estuve a punto de caerme de mi aireado asiento sobre el muro. Eran los mismos contornos, dibujados a lápiz de punta dura con la minuciosidad del diletante, la misma acuarela edematosa de los chapuceros estudios que el cabo Adolf Hitler (por entonces más comprometido con el arte que con la política) había estampado en su libro de bocetos durante la Primera Guerra Mundial en Francia: granjas tiroteadas bajo la luz de septiembre…”

Los dibujos de Hitler prefiguran su obra posterior; el germen del ultraje ya está en el mal gusto y el vacilante oficio del pintor.

Oskar Kokoschka lamentaba haber competido contra Hitler por una beca de pintura: “Si él hubiera ganado, no habría destruido Europa”, comentaría años después.

El narrador de 'La muerte de mi hermano Abel' es un mal artista de otra índole: derrocha su talento sin darle estructura. Esto permite a Rezzori escribir una novela maestra sobre la imposibilidad de escribir una novela.