Entre el negocio y la necesidad

Combatir el cambio climático no es solo una cuestión de gobiernos e instituciones públicas nacionales e internacionales, también las empresas son protagonistas. Siete expertos, analistas y representantes del sector privado convocados por EL PERIÓDICO, lo d

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AGUSTÍ SALA / BARCELONA

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Nadie niega hoy el cambio climático. En todo caso puede haber discrepancias sobre las causas o si se deben o no a la acción del hombre. Pero todo el mundo admite el problema. De ahí la importancia de la Cumbre del Clima de París (COP 21). Muchas empresas han asumido la sostenibilidad como una cuestión prioritaria, no accesoria. Y no solo por solidaridad sino como oportunidad de negocio e incluso por instinto de supervivencia.

RETO

El tiempo juega a la contra

En la actualidad ya no deberíamos plantearnos ni siquiera si hay que llevar a cabo acciones contra el calentamiento global, sino que estas «deberían formar parte integrante de la actividad económica», a juicio de José López Tafall, director de regulación de Acciona y vicepresidente de la patronal eólica europea, (EWEA).

Y es que cada vez més cala la idea de que las actuaciones «no se pueden retrasar más», según Juan Ramón Meléndez, gerente de relaciones institucionales de Ecoembes. El reloj avanza y los efectos del cambio del clima, también. Porque el cambio climático «no solo lo estamos viviendo sino que genera conflictos que afectan no solo a la población, si no a los negocios. Hay estudios, por ejemplo, que vinculan la sequía en China con las revoluciones de la priumavera árabe», agrega Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Soluciones de Greenpeace.

A juicio de Mónica Chao, directora de Medio Ambiente y Sostenibilidad de NH Hotel Group, es imprescindible que existan no solo objetivos por parte de las empresas sino que estos «tengan un peso real a la hora de la tomar decisiones». Y es que, según el climatólogo y catedrático de Geografía Física de la Universitat de Barcelona (UB) Javier Martín, «hace unos años que algunas empresas tenían un barniz de sostenibilidad de cara a la galería, pero hoy ya es incluso un asunto de supervivencia» para algunas de ellas.

Según Joan Herrera, patrón de la Fundación Renovables, la cuestión es que «debemos plantearnos si seguir invirtiendo en carbono». Y Àngel Pes, subdirector general de Responsabilidad Corporativa y Reputación de CaixaBank, asegura que toda empresa con un enfoque social en sus valores corporativos debe contribuir a luchar contra el cambio climático, porque lo requiere la sociedad.

ACTUACIONES

Pasos individuales para un tema global

Àngel Pes defiende el papel que puede jugar un sector como el financiero en el combate contra el calentamiento global. El próximo reto que se ha planteado CaixaBank, por ejemplo, es emitir bonos verdes. Hasta ahora han formado parte de emisiones que se han realizado, pero el año que viene los emitirán directamente, a pesar de que no existe una gran demanda. Y es que las empresas en algunos casos están haciendo «más de lo que los mercados y los clientes les piden», afirma la representante de NH Hotel Group. Esta compañlía aplica «soluciones innovadoras que aportan más eficiencia en la gestión y valor al cliente», explica.

Acciona, por ejemplo, considera que la sostenibilidad, que forma parte integrante de su ADN, debe verse también como una «oportunidad de negocio». Son líderes a nivel europeo y mundial en la industria renovable y, además, trasladan la apuesta verde al día a día de la empresa, con un plan director, que está en su segunda fase y que incluye colaboración con los proveedores para reducir su impacto medioambiental, explica López Tafall. Además realizan acciones sociales para sensibilizar a la población.

El representante de Ecoembes, por su parte, destaca lo positivo en la evolución empresarial: «en los últimos 16 años se han llevado a cabo 34.350 medidas por parte de las empresas para reducir los impactos ambientales que producen los envases».

REGULACIÓN

Un marco jurídico estable y claro

Una de las cuestiones esenciales para consolidar e impulsar la concienciación para combatir el cambio climático pasa por la política. «A la Administración le pedimos objetivos claros y vinculantes a nivel nacional, cuantitativos, con mecanismos de revisión», afirma López Tafall.Es preciso, a su entender, revisar los subsidios a los combustibles fósiles. En esencia, según el representante de Acciona, el regulador debe ofrecer «un marco estable y que diga hacia dónde vamos». A su juicio tiene que haber coherencia en las actuaciones políticas. Y más teniendo en cuenta que se trata de inversiones a largo plazo. Por ejemplo, «¿tiene sentido que haya autonomías que graven las renovables y no los combustibles fósiles?», se pregunta.

Estos bandazos han hecho que España pierda el peso que tenía a escala global en el negocio de las energías renovables. López Tafall destaca que la apuesta por la economía verde puede suponer para España un altísimo volumen de inversión, empleo y riqueza. Este grupo, como otros, tuvieron que reorientar sus inversiones hacia el exterior, tras el recorte a las energías renovables del Gobierno del PP y el cambio drástico de la regulación .

Pizzinato considera que «al menos desde el 2008, la señal política es confusa». Se ha regulado deprisa y corriendo, contra el autoconsumo y no se ha traspuesto la directiva europea de efieciencia energética», agrega. En este sentido, Herrera recuerda que «no se puede pensar que la orientación política se ha producido sin las presiones de determinados sectores». El representante de la Fundación Renovables destaca el hecho de que «en un Ikea del Reino unido el consumidor pueda comprar una placa fotovoltaica, mientras que no en España».

MODELO

Hacia una energía más limpia

Javier Martín critica que todavía se sigan subvencionando las energías a partir de combustibles y fuentes fósiles como el petróleo. Es un punto que genera debate. Pes, de CaixaBank, considera que deben trazarse unas diferencias. Por ejemplo, en su caso, se plantean «si financiar inversiones en las que se utiliza el carbón porque existe la convicción de que, a la larga, se prohibirá», afirma. Aunque apoya la idea de caminar hacia un modelo basado en las renovables, considera que deben tenerse en cuenta los costes de transición para llegar al 100% de la producción energética total, como apoya Greenpeace y defiende Herrera, para quien la energía «puede ser el vector del cambio «en un país tan ineficiente y dependiente de la importación de combustibles fósiles».

Mónica Chao recuerda que los organismos internacionales han confiado en exceso en los derechos de carbono «y no ha sido un éxito». A su juicio, «hay que utilizar todos los instrumentos que tenemos para afrontar la transición» hacia un modelo basado en las energías renovables. Y lo que para unos es un modelo basado en las renovables, para otros es «la economía circular», en la que los residuos pasan a convertirse en recursos, explica Meléndez.

INSTRUMENTOS

La necesidad de pactos y alianzas

A lo largo del debate surgió en varias ocasiones la palabra «pacto», así como «alianzas». Ante un problema global hacen falta soluciones a gran escala, pero también locales,y complicidades entre sectores y actividades. Àngel Pes considera que el grano de arena que puede aportar el sector financiero es «apoyar las iniciativas empresariales que vayan en esa dirección». Y es que «las empresas forman parte de la solución del problema», añade. CaixaBank, además de las medidas para reducir el impacto ambiental de su funcionamiento, preside la red española del Pacto Mundial, recuerda.

En todo caso es necesario actuar porque, a diferencia de otros países, las emisiones contaminantes en España, han aumentado , recuerda Herrera. A su entender, pese a que existen claros ejemplos de apuestas por la sostenibilidad, «las empresas deben plantearse si lideran o si arrastran los pies» en materia de combate contra el calentamiento global.

Desde Greenpeace abogan por un pacto de Estado por la energía. Es una idea que nadie descarta. Es , de hecho, un auténtico motor del cambio. El representante de Acciona considera que los efectos positivos de la apuesta por la economía descarbonizada «es una realidad evidenciada», cuando España logró situarse como líder en energías renovables.La apuesta de Acciona fue desde el principio porque «o llegabas antes o llegabas el último», sentencia, y se ha consolidado como uno de los referentes internacionales en el sector.

Existe otro punto de acuerdo general con respecto a lo que debería salir de la Cumbre del Clima en París: un precio del carbono. El modelo actual no ha funcionado y es la hora de que se ponga precio a las externalidades que generan los gases contaminantes.