El futuro de un lugar clave de Barcelona

Un grito de alarma: sos por Glòries

Sería un error urbanístico histórico que en el emblemático paraje se alzase un parque y no una plaza

JOSEP OLIVA CASAS

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Recientemente  (1 de octubre del 2015) he hecho un resumen de la cuestión de Glòries, pero ahora lo amplío porque en Amics de la Ciutat consideramos que es un tema urbanístico capital para Barcelona. Vale la pena volver a hablar de ello para añadir información y argumentos e intentar que se apueste decididamente por la solución plaza y se abandone la solución plazaparque,. No solamente es un disparate hacer un gran parque en el punto más singular del Eixample barcelonés, sino que, además, se pierde la gran oportunidad de que la ciudad disponga de la plaza representativa del Plan Cerdà que se erigiría en su culminación. Es un doble motivo de preocupación.

En urbanismo siempre hay que pensar en el futuro, y en las próximas décadas se completará el lado Besòs del Eixample, de tal manera que, si es una plaza, Glòries pasará de ser aproximadamente el centro geométrico del barrio a convertirse en el centro urbano. En función de esta circunstancia hay que pensar en el tipo de urbanismo conveniente en este punto. Que quede claro que estamos completamente de acuerdo en situar un gran parque en el sector de Glòries, pero nunca en el lugar estratégico de confluencia de las tres grandes avenidas. Durante el anterior mandato municipal establecimos contacto con todos los grupos sobre este asunto. Hubo el rechazo del gobierno y de ICV. A los otros se les puede aplicar lo de no sabe, no contestaProyectar una completa red de parques en las ciudades es imprescindible, pero no hay que olvidar nunca que son un vacío urbano, de manera que crean inseguridad a partir de determinadas horas del día. Esto significa que es necesario elegir bien su situación, y es que en determinados sitios tienen prioridad los valores urbanos que nacen de la artificialidad, la gran característica que define el concepto clásico de ciudad, el mediterráneo. Glòries es un lugar demasiado singular para que un parque (valor ecológico) pase por delante de un elemento tan valioso como es una plaza (valor urbano).

Tengamos presente que la ciudad clásica, convenientemente retocada y puesta al día, tiene futuro y, reitero, es el reino de la artificialidad. En cambio, el campo es el ámbito de la naturalidad. En cuanto a la primera, eso supone obviar la vegetación, muy especialmente en las grandes ciudades, y la solución es crear un sistema de parques y que haya calles arboladas. El ecologismo es exigible con respecto al planeta, pero es compatible con un hábitat digno para los humanos. La consecuencia es que en la ciudad han de prevalecer los valores urbanos para no caer en un ecologismo radical. No se trata de renaturalizar la ciudad, sino de amortiguar la dureza del asfalto y la piedra mediante los parques. La continuidad construida corresponde a la ciudad, pero los parques deben ser discontinuos en el interior del tejido, porque si no es así aparecen fronteras urbanas.

También es importante pensar  qué tipo de plaza construir. Para eso, con la subvención de una gran empresa, Amics de la Ciutat hemos estudiado una propuesta gráfica que contiene criterios a tener en cuenta, aunque no es importante la forma concreta. Podría ser redonda y de unos 40.000 metros cuadrados (la plaza de Catalunya tiene 48.000) a fin de contrastar con la retícula del barrio y así resaltar su singularidad. Con densidad y con mezcla de usos (predominio residencial pero con oficinas, tiendas y algún hotel), los cuales, juntamente con su especial situación, le asegurarían vida urbana, es decir, función. No obstante, podría incluir unos 500 árboles que no desvirtuarían su carácter urbano. Otro aspecto sustancial es la imagen global. Convendría que tuviera dos cualidades claras: 1) caracterización, 2) fácil lectura y también facilidad de memorización. Ni arquitecturas todas distintas ni completa uniformidad, sino jugar tanto al contraste (viviendas versus oficinas) como a la armonía entre edificios residenciales, es decir forma.

Lamentablemente, no ha habido ninguna reacción contraria a la comisión de un disparate urbanístico que se puede calificar de error histórico. ¿Qué opina el nuevo ayuntamiento? ¿Qué pasa con los urbanistas? ¿Y los vecinos del barrio, que verían revalorizadas sus viviendas? ¿Hay una atonía urbanística generalizada? ¿O tal vez la ciudadanía no está  informada de un tema que afecta a toda la ciudad? Esperemos que haya tiempo para enmendar el error, puesto que el soterramiento del tráfico de entrada y salida de Barcelona es bueno en cualquier caso.

Teniendo clara la relación ciudad/ecologismo, Glòries es el lugar menos idóneo para un parque y el más acertado para una plaza. El actual ayuntamiento parece partidario del parque, y si es así podría ocasionar un grave perjuicio a la ciudad. Que conste.