Análisis

Economía social y cooperativismo

Los modelos solidarios han respondido mejor a la crisis en cuanto a ocupación laboral

Jordi GUSI

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La economía social y el cooperativismo son ya una realidad de gran relevancia a nivel global. En Europa este modelo empresarial representa más del 10% del conjunto de las empresas y el 6% del empleo global. Esta realidad global se ha fraguado en muchos casos a partir del ámbito local. La economía social y las cooperativas tienen como base común a las personas y la comunidad en la que conviven. Estos dos pilares son su razón de ser y deben ser también el objetivo del municipalismo. Estando alineados en el fin, ¿ha sido el municipalismo un motor de la economía social y cooperativa? Seguramente queda mucho por recorrer, pero existen claros indicios de que los municipios y la economía solidaria han compartido mucho camino ya y seguro lo compartirán mucho más en el futuro.

Diversos municipios catalanes ya han apostado por ello desde hace un tiempo. Desde proyectos innovadores como la lanzadera Coboi de empresas sociales y cooperativas de SantBoi de Llobregat a la red de municipios de economía social y cooperativa del Baix Llobregat, el programa de fomento de la empresa social y cooperativa de SantCugat, la creciente red de municipios cooperativos promovida por la Federación Catalana de Cooperativas de Trabajo y hasta la reciente creación del Comisionado de Economía Cooperativa, Social y Solidaria del Ayuntamiento de Barcelona. Todos ellos son ejemplos de cómo desde el municipio se puede contribuir a esta realidad económica que no es más que contribuir al bienestar de las personas y de la comunidad. Una realidad económica creciente y no deslocalizable. Este último término no existe para la economía social.

Arraigo territorial

El capital, base de la economía ordinaria, puede estar ahora aquí y en un segundo, allí; las personas y la comunidad están y permanecen en nuestros municipios. El fuerte arraigo territorial acompaña desde los inicios al cooperativismo. Por otro lado, mientras la destrucción de puestos de trabajo ha sido del 2,5% en el sector de la economía social, en la empresa ordinaria ha sido de 15,5% desde el 2010. La economía solidaria ha respondido mejor ante la crisis económica en lo que a la ocupación se refiere. Es responsabilidad de los gobiernos municipales cuidar de las personas y la comunidad, y para ello la economía social y cooperativa resulta ser una herramienta esencial que debe ser apoyada en esos ámbitos locales.

En primer lugar, porque si la cooperativa tiene por misión responder a una necesidad social contribuirá a la cohesión del municipio. En segundo lugar, ayudará a la generación de ocupación de calidad y, finalmente, impulsará la generación de capital social en su territorio con empresas que permiten la participación y buena gobernanza de sus conciudadanos.

¿Cómo apoyar la economía social y cooperativa a nivel municipal? El apoyo debe intentar cubrir diversos elementos. En primer lugar, la visibilización -en especial entre los jóvenes- de este modelo de emprender ya que no se emprende aquello que no se conoce. En segundo lugar, el apoyo a nivel de inversión y conocimiento a aquellos que inician su aventura como emprendedores sociales o cooperativos. Finalmente, la incorporación de criterios de compra social en los municipios que favorezcan a las personas y comunidades locales y, por tanto, que favorezcan la economía social.

Podemos asegurar por tanto que la economía social y las cooperativas están plenamente alineadas con el municipalismo, y que este debe hacer una apuesta clara por este modelo de empresa cuyos pilares últimas son siempre las personas.