La mala memoria de Albiol

Multitud concentrada a las puertas del Palau de Justícia para mostrar su apoyo al 'president' Mas.

Multitud concentrada a las puertas del Palau de Justícia para mostrar su apoyo al 'president' Mas. / periodico

XAVIER RIUS SANT

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Poca memoria debe tener el líder del PP catalán, Xavier García Albiol, que ha calificado la concentración de alcaldes y diputados acompañando al president Artur Mas hasta las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, de "acto de presión y chantaje hacia los tribunales, propio de régimenes como el venezolano y de dictaduras como Cuba".

Digo que Albiol debe tener muy poca memoria dado que, hace menos de dos años, el 20 de noviembre de 2013, cuando él fue juzgado por un presunto delito de incitación al odio por los folletos vinculando inmigración con delincuencia y las posteriores declaraciones justificándolos, se presentó al juicio andando desde la plaza Cerdà acompañado por un nutrido grupo de parlamentarios y concejales populares -de alcaldes el PP no tenía más que Badalona y Castelldefels-, hasta las puertas de la Ciutat de la Justícia, situada a uns doscientos metros.

Allí le esperaban más de un centenar de vecinos de Badalona, llegados en dos autocares, que portaban pancartas de "Albiol, estamos contigo", "Queremos vivir en paz" o "Albiol, no te rindas".

En la puerta de los juzgados Albiol fue jaleado por sus seguidores a los que saludó y abrazó, y entre gritos de apoyo y pancartas hizo declaraciones a la prensa. Acto seguido se dirigió a la sala del Juzgado Penal número 18, acompañado por una quincena de cargos públicos del partido, entre los que estaban, además de concejales de Badalona y otras ciudades, la senadora Alicia Sánchez Camacho y el concejal barcelonés, Alberto Fernández Díaz. Y mientras duró el jució, los seguidores de Albiol estuvieron manifestándose libremente en las puertas de la Ciutat de la Justicia. Y nadie aquel día se le ocurrió decir que el hecho que el imputado entrara en la sala acompañado de cargos públicos, y hubiera organizado dos autocares de seguidores, era un chantaje al tribunal o un ataque a la independencia de la justicia. Tampoc dijo nada ni la Audiencia de Barcelona, ni el Tribunal Superior de Justicia sobre aquella manifestación organizada por el propio PP.

Sí que hay una diferencia entre el acto de apoyo a Albiol en su juicio, y la comparecencia de hoy de Mas como imputado. Los alcaldes que han acompañado al president son, en caso que se sentencie que ha habido delito, colaboradores necesarios del delito que hizo Mas de poner las urnas.

Y la autoinculpación en la calle de personas que han cometido el mismo acto por el que alguien es juzgado, es algo común y habitual en numerosos juicios por un delito, digamos, colectivo como huelgas o manifestaciones. Cuando cinco personas son juzgadas por una manifestación presuntamente ilegal en la que participaron cientos, es habitual que muchos de los que fueron partícipes de dicha acción, acompañen a los encausados o se concentren en la puerta de los juzgados.

Ciertamente no es lo mismo que se manifiesten a las puertas de un juzgado un centenar de sindicalistas que organizaron una protesta mientras se interroga a los cuatro detenidos o imputados, que cuatrocientos alcaldes. Pero es que los cómplices y coautores en este supuesto delito fueron los mismos alcades que facilitaron la logística y llamaron a los ciudadanos a participar en el proceso participativo del 9-N. Así pues, la presencia de los alcaldes, más que una presión, es una ratificación de que si hubo delito y debe haber castigo penal, ellos, como máxima autoridad de sus municipios, también desobedecieron y delinquieron. Significa que pese a que Artur Mas se haya declarado responsable del 9-N, ni está sólo, ni el delito que se le imputa lo hizo el sólo con la ayuda de las conselleres Joana Ortega Irene Rigau. La presencia de alcaldes sólo es un recordatorio para que en el caso que se considere que ha habido delito, el delito es colectivo y hay mucha gente detrás.

Post publicado en el blog de Xavier Rius