Nuevo y para todos

¡Cómo me gustaría ver hoy a un John ya abuelete subir a un escenario y marcarse un 'Twist and shout'!

SANTI CARULLA

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La trágica e injusta muerte de John Lennon lo convirtió en, quizá, el beatle más importante. Icono de la paz, Lennon sobrepasa lo social, lo moral y lo artístico. Tuve la suerte de estrechar su mano en la rueda de prensa que los Beatles ofrecieron en su visita a Barcelona en 1965 y vi enseguida que era el que más personalidad irradiaba. Irónico, casi rayando el sarcasmo, a veces cerebral, otras simplemente respondía a los informadores con una pericia impropia de su juventud y su origen humilde en Liverpool.

El Lennon que más me interesa es el músico. Cuando lo escuché en sus primeras grabaciones despertó en mí y en mis compañeros de Los Mustang algo nuevo que otros cantantes y grupos de los años 50 y 60 no conseguían despertar del todo. Sus armonías vocales (realmente diferentes, con el juego de voces, a todo lo que conocíamos hasta entonces); la originalidad de las instrumentaciones, distintas también de lo habitual; sus composiciones, tan distintas unas de otras, más facilonas, comerciales y con textos mucho menos comprometidos. Esta era la gracia de los Beatles: que servían para todo y para todos. El tiempo y la historia musical les han dado sin duda la razón. ¡Cómo me gustaría ver hoy a un John ya abuelete subir a un escenario y marcarse un Twist and shout, como en sus mejores tiempos! Por desgracia para todos nosotros, un descerebrado consiguió que no sea posible.

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