La rueda

Plebiscitarias finalmente

Guste o no, las elecciones del 27-S solo tendrán una lectura, la misma en todo el mundo

ENRIC MARÍN

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Estamos a un mes de las elecciones más importantes de nuestra historia reciente. Marcarán el futuro inmediato de Catalunya. Y el de España. Guste o no guste, tendrán lectura plebiscitaria. Básicamente, por cuatro motivos. Primero, porque el programa de Junts pel Sí y la CUP incorpora de forma prioritaria y explícita el inicio del proceso constituyente del Estado catalán. Segundo, porque la campaña unionista de las fuerzas contrarias al derecho a decidir aún reforzará más la lectura plebiscitaria. Solo hay que recordar qué pasó en la campaña del 2012. Tercero, porque han sido convocadas como última respuesta al bloqueo por el Estado de toda posibilidad de organizar una consulta legal. Y eso lo sabe todo el mundo, de Washington a Pekín, pasando por Londres, París o Berlín. Y cuarto, y definitivo, porque aparte de la interpretación que se haga en Madrid, esta es la lectura que hará el resto del mundo. Son habas contadas.

Sin embargo, muchos analistas reacios al proyecto independentista insisten e insistirán inútilmente en el carácter estrictamente ordinario de las elecciones. También actores políticos unionistas. Eso sí, después de hacer propuestas de frentes antisoberanistas...

El pasado lunes el diario El País  El texto terminaba con la siguiente llamada: «Cada voto de ese día será decisivo porque, gane quien gane, lo que cuenta es si hay o no base suficiente para proseguir la ruta hacia la independencia. Todo voto a listas que no incluyan la independencia en sus programas pesará a favor de quienes no quieren pasos irreversibles sino salidas respetuosas con la pluralidad catalana».

¿En qué quedamos, son o no son plebiscitarias?