La clave

Obama y el primo de Rajoy

ALBERT SÁEZ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Corría el año 2007,  cuando el entonces candidato Rajoy puso en duda el cambio climático citando a su primo, catedrático de Física en Sevilla, como gran argumento de autoridad. El ahora presidente del Gobierno debería volver a consultar a su primo porque el mismísimo presidente Obama acaba de declarar que el cambio climático es la principal amenaza de seguridad nacional que tienen los Estados Unidos. Vamos, que teme más a los efectos del cambio climático que a los del Estado Islámico.

Bromas a parte, lo cierto es que Obama -en otro de los gestos históricos de su final de mandato- ha decidido reducir en un 32% las emisiones de gases contaminantes, especialmente los originados por las centrales térmicas alimentadas con carbón. Estados Unidos presentará este plan en la cumbre del clima que se celebrará en París a finales de este año. Será un significativo cambio de postura que obligará a la Unión Europea a ser igualmente atrevida en su propuesta de reducción de emisiones.

Vuelve el carbón

La llamada del presidente a su primo es especialmente urgente porque este verano España está siguiendo la tendencia opuesta a la que propugna Obama. El aumento del consumo de energía derivado de la ola de calor ha disparado el uso de las centrales térmicas alimentadas con carbón. Este incremento se debe fundamentalmente al parón en el desarrollo de las energías renovables, especialmente la eólica, como explicaba Agustí Sala en el diario del domingo. El responsable último de este despropósito no es otro que Zapatero que puso las renovables en manos de los mismos a los que Aznar regaló el AVE a ninguna parte. Para convencerlos tuvo que ponerles unos incentivos que son más complicados de pagar por el mercado que las subvenciones al carbón.

Una vez más, España va contra el viento de la historia gracias a algunos excesos y a demasiadas connivencias. Confiémoslo todo al primo de Rajoy para que como hace ocho años lo convenza ahora de que el cambio climático está en la agenda global y que ponerse a quemar carbón es más que rancio.