Vómitos

Esta información se publicó el día 23 JUL 2015. El contenido hace referencia a esa fecha.

Los vómitos arrojados en Twitter no hay manera de lavarlos. Ni borrando la cuenta. El hedor sigue ahí, delatando a quien regurgitó en plaza tan concurrida. Y, claro, siempre hay alguien dispuesto a airear los viejos tuits fétidos. Hace unas semanas asistimos al acoso y derribo de Guillermo Zapata, recién elegido concejal de Madrid. Una antigua conversación que se sumergía en el pozo del humor negro acabó costándole el puesto. Su caso originó una tormenta política y mediática. Ahora es Quim Torra, flamante presidente de Òmnium Cultural y exdirector del Born Centre Cultural, el que ha visto airadas unas vomitonas muy difíciles de digerir: «Vergüenza es una palabra que los españoles hace años que han eliminado de su vocabulario (…) Solo saben expoliar (…) Si seguimos aquí, corremos el riesgo de acabar tan locos como los mismos españoles (…) Lo que sorprende es el tono, la mala educación, la pijería española, sensación de inmundicia». Los tuits hablan por sí solos. Y hablan de xenofobia y etnicismo, de esa caverna nostrada que Xabier Barrena citaba ayer en el artículo que recogía el perfil y los tuits del dirigente de la entidad cultural nacionalista.

Los tuits de Torra ofrecen las coordenadas exactas del pensamiento y la moral del personaje. Del mismo modo que el escaso eco que han tenido en el mundo político, cultural y mediático catalán nos sitúan a todos en el peligroso marco de una cómplice condescendencia.