De activos y pasivos

JOAN GUIRADO

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El debate en torno a la lista unitaria que, bajo el paraguas de las entidades civiles soberanistas, quiere conseguir una mayoría en el Parlament en las elecciones del 27 de septiembre, está enquistado en quiénes deben de formar parte de ella. Todos están dispuestos a dar un paso al lado, pero nadie está dispuesto a no estar presente. El 'president' Artur Mas, la única persona en todo este proceso que se ha jugado su patrimonio personal por convicción propia, recordaba ayer en una entrevista que le da igual encabezar que ir en medio, pero que consideraba que él debía de formar parte. Y, a la vez, recordaba que sólo el 'president' de la Generalitat, sólo él, tiene la potestad de convocar elecciones. Y que no las convocará para hacer el ridículo.

Mas se preguntó en más de una ocasión durante la entrevista dónde supimos que intenta mantener la costumbre de ir a hacer natación un día a la semana y qué votará en las elecciones del Barça si él, que una vez finalizado el siguiente mandato tiene intención de dejar la política, es un político en activo o no, condición sine qua non para formar parte de la lista unitaria. El 'president' repetía sin cesar si es más activo alguien que se incorpora por vez primera o alguien que lo hace por última. Como el debate se encierre ahora aquí, después de lo difícil que ha sido ponerse todos de acuerdo sobre la necesidad de ir en una sola lista, será cuestión que al final, no nos merecemos renacer como estado. Es más, como el tonto de la clase, nos mereceremos ser el hazmerreír de las otras CCAA de España.

Se ha dicho en muchas ocasiones que, si se llegaba a esta situación, la de que los partidos tuvieran que dar las riendas de la configuración de listas a las entidades sociales por la incapacidad de ponerse de acuerdo entre ellos, era sinónimo que el proceso iba mal. Este miércoles, Mas habló de la necesidad de que hubiera partidos soberanistas en el Parlament durante la próxima legislatura por si acaso ganaran las opciones favorables al no y se tuviera que legislar en un mandato tradicional. Creo que más de uno empieza a ver que el suflé ha bajado, que no todo era tan bonito como parecía y que tocando la realidad con las manos, no sólo viviéndola en sueños, se deben dar todos los pasos cuidadosamente. Lejos, pero también cerca, hay quien espera que pisemos la trampa para aprovechar el momento.

No sé si la presencia de políticos pasivos en la lista unitaria, que por tanto no ejercen la política en la actualidad, se traduce en resucitar a Carrasco i FormigueraCompanysTarradellas Macià -que estoy seguro que darían su sí sin pensarlo- o por el contrario se trata de sumar a la lista a Jordi Pujol, Josep Lluís Carod Rovira Miquel Sellarès. Si tenemos en cuenta que todos, en nuestro día a día hacemos política, la línea que separa al activo del pasivo es muy fina. Penetrar en el sentimiento de los catalanes, en el tema emocional, puede ser muy fácil o muy difícil. Los catalanes, por defecto, somos complicados. La presencia de uno u otro puede sumar o restar más o menos votos.

Imaginad. Si ahora no nos ponemos de acuerdo en quién debe ir en una lista de 135 personas y qué condiciones debe cumplir, ¿cómo serán los debates en un nuevo Estado para legislar sobre aspectos tan básicos como la sanidad, la educación o el sistema fiscal?

Recordad. Ser activo o pasivo es sólo una cuestión de elección personal.