tú y yo somos tres

El 'president' y la pastorcilla

Ferran Monegal

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Yla primera pregunta de Mònica Terribas al president Artur Mas (TV-3), formulada con notable energía, fue: «Bona nit, ¡usted quiere o no quiere ser presidente de una Catalunya independiente!». ¡Ahh! No era una pregunta. Era un apremio, una exigencia, un «¡Anem per feina, vinga!». Hombre, no quiero ni pensar lo que hubiera ocurrido si Artur Mas, contra todo pronóstico, hubiese contestado: «No, no quiero ser el presidente de una Catalunya independiente». ¡Ahh! Estoy convencido que entonces Mònica se habría levantado de la silla, airada y furibunda, y habría dado por concluida la entrevista. Es lo que tiene esta colosal deriva que impregna a muchas criaturas de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals: han abandonado el periodismo y se han transformado en entusiásticos pastorcillos del procés, guiando a las masas hacia el paraíso. Todo lo que se aparte de esa excelsa misión de iluminados, para ellos no tiene sentido. Lo interesante de este encuentro no han sido las respuestas, sino cómo y hacia dónde conducía Mònica el encuentro a través sus preguntas. Ha sido una mezcla de temas, todos en base al más hermoso concepto independentista, que servidos en bandeja propiciaron que el president se sintiera comodísimo. «Usted en ningún caso se plantea dar marcha atrás y no convocar elecciones el 27-S ¿verdad? (...) Conseguir los dos tercios del Parlament sería ¡una fita! (...) ¿Se imagina liderando un gobierno de concentración con ERC y la CUP? (...)  Escuchándole en Molins de Rey me preguntaba yo por qué no apela también a los sindicatos y a los empresarios... ¡Para incorporarlos! (...) Calendario, president, ¡solo quedan tres meses! (...) Después del 27-S vendrá el 28-S. ¿Tenemos preparado el futuro? ¿Estamos preparados para recaudar impuestos? (...) ¿Tenemos estructuras? (...) Muchas personas del ¡Sí se puede! que acompañaban a la alcaldesa están a favor de la independencia, ¿cómo aproximarlas para sumar más?». ¡Ahh! Qué entusiasmo, qué conducción de la causa, qué empuje. Podría haber salido la Terribas, ella solita, como pastorcilla de las masas, y habría logrado lo mismo. Porque lo que ese encuentro básicamente pretendía, y quedó como advertencia a toda Catalunya, fue que la llista que impulsa ahora Artur Mas es lo que evitaría lo que sintetizó la Terribas con una terrible palabra: que se produzca «¡Un atzucac!» ¡Ahh! L'atzucac. Qué terrible. Si no hay llista unitaria, adiós al paraíso. Mensaje recibido.