Al contrataque

Dimisión por tuits

SANDRA BARNEDA

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A estas horas, que nadie pierda el tiempo buscando en el 'timeline' de Twitter de ningún político, porque nadie va a encontrar nada políticamente incorrecto o digno de ser señalado como mancha de expediente, surco de incoherencia o estupidez suficientemente profunda para un cuestionamiento de cargo. Conocidos y rescatados los más que reprochables comentarios en la red de Guillermo Zapata del año 2011 en forma de chistes ofensivos sobre el Holocausto, las niñas de Alcàsser o Irene Villa, estoy segura de que la clase política ha dedicado un buen rato a rastrear sus cuentas y hacer desaparecer mensajes dudosos por si las moscas. Zapata ha dimitido apenas unas horas después de ser nombrado concejal de Cultura de Madrid; previamente pidió disculpas y contextualizó algunos de los comentarios en un debate en la red sobre los límites del humor.

Manuela Carmena, la recién estrenada alcaldesa, ha aceptado la dimisión, tratando de zanjar el agujero negro con rapidez y proseguir con la prometida transparencia y contundencia. De la crisis varias cuestiones: ¿ha sido justo?, ¿quién se ha tirado horas sumergido en los tuits de los nuevos concejales buscando excrementos cibernéticos del pasado? Esta es la primera bomba que desde la oposición se ha lanzado avisando de que no van a permitir ni una mota de polvo en el expediente de nadie. Curioso que la 'lideresa' Aguirre sea la que empuñe esa lanza cuando ha pisado varias veces la línea de la impunidad con sus comentarios. Otros tantos políticos se han refugiado en el mismo paraguas que Aguirre, como el exalcalde de Valladolid León de la Riva con sus perlas misóginas, Toni Cantó imitando a Rajoy en un tuit o señalando: «La mayoría de las denuncias por violencia de género son falsas». Y otros tantos...

Un ejemplo infrecuente

Se disculparon todos pero ninguno dimitió, porque en este país se agarran a la silla y hacen de todo menos respetar su cargo público y hacerse responsables de sus actos. Zapata ha dimitido, dando ese ejemplo que pocos han dado; renunciando al puesto para que esa mancha no ensucie la victoria de Ahora Madrid. Las redes tienen el poder de ser el altavoz que transmite a la velocidad de la luz cualquier noticia, frase ingeniosa o estupidez imperdonable para alguien que ostenta cargo.

Zapata ha dimitido por unos comentarios de hace cuatro años, desafortunados y, en mi opinión, complicados sino imposibles de justificar más allá de soberana metedura de pata. Pero que sirva de precedente, que no quede en saco roto o que la vara para los que llegan sea mucho más severa que para los que siguen. Que sea para medir palabras, para respetar el cargo y responder con la madurez merecida. No para desacreditar al contrario, buscando a toda costa el lodo del oponente con el único objetivo de volver al poder.