Revolución o mentira

CÉSAR LUIS MENOTTI

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Toda esta explosión que está pasando en la FIFA es, en verdad, algo que se conocía desde hacía mucho tiempo. Es muy difícil que funcione un organismo administrado como una multinacional e integrado por un montón de representantes que han creado un enorme deterioro en la historia del fútbol. El fútbol entendido como un hecho cultural, como representación y lugar de apasionamiento. No el fútbol del gran negocio para pocos, algo que manejaron siempre con una impunidad asombrosa.

Lamentablemente, para que saltara esto tenía que pasar por algún país que tiene muy poco que ver con el fútbol, como es Estados Unidos. A mí me hubiese gustado mucho más que esto hubiese sido provocado por dirigentes argentinos, brasileños, uruguayos, ingleses, alemanes o italianos, lugares donde están los grandes escenarios del fútbol. De todas formas, yo creo que concentrar la culpa en Blatter es una mentira. Uno ve que están los que están a favor y los que están en contra de Blatter, pero no escuché ningún debate más que la discusión si fue soborno lo de Catar o Rusia. Me parece que el debate debe ser mucho más profundo, serio y claro.

¿Solo un gran negocio?

Todo el mundo dice que no tiene  que estar más Blatter, pero aparece enfrente gente que también pertenece a la misma organización, donde se han hecho favores, donde se decide quién juega y quién no juega. El príncipe Alí no se sabe muy bien a quién representa. Y a Platini no lo veo siendo presidente de la FIFA, a lo mejor dentro de cuatro años.

La renuncia de Blatter podría tener una importancia en la construcción de un futuro mejor si quienes lo aspiran a suceder definieran qué van a hacer con el fútbol, cuál es el motivo como para que se presenten. Y entonces vamos a ver quiénes son capaces de hacer una revolución.  Porque si van a pelear por un cargo para seguir pensando que el fútbol es solamente un gran negocio, estamos perdidos. O se hace una revolución o es otra mentira. Como decía el Che Guevara, en las revoluciones se gana o se muere.

Hay que  ver si realmente hay una intención de hacer una revolución seria y profunda, donde haya un respeto por lo que significa el espectáculo del fútbol. Va a ser difícil si por ejemplo la Conmebol va a seguir siendo lo mismo, si la van a seguir representando las mismas personas.

Pienso que tiene que haber una participación de los futbolistas y de todos los sectores. El fútbol necesita dirigentes que se la jueguen de verdad. Y si pierden, pierden. Tenemos que defender un poco la dignidad de la pelota. El fútbol, como dijo Xavi, es una pelota y amigos. No puede ser que la representatividad y un montón de ilusiones estén en manos de delincuentes. Que trafiquen con la droga, pero no con el fútbol.

¿Detener al extraterrestre?

Mientras todo esto ocurre, la pelota sigue rodando y nos encontramos ante una final de Liga de Campeones que tendrá a dos equipos con una gran representatividad. Es sin dudas un partido muy atractivo. Si vos me decís que el candidato es el Barcelona, yo te digo que sí, pero si yo tuviese que meterme en las apuestas jugaría a mano de la Juventus, porque paga diez a uno y... ¡puede ganar!

El Barcelona tiene hoy a esta bestia humana, este extraterrestre que es Messi. Yo creo que ni él se entera de las cosas que hace. Cuando se mira por televisión, él mismo debe decir: 'no, no, esto yo no lo hice'. Messi está marcando diferencias como muy pocas veces yo vi en la historia del fútbol internacional. Es muy distinto. Si Messi está bien, es como si el Barcelona jugara con 15 futbolistas.  Pero también es cierto que  va a jugar ahora con un rival que no defiende igual que el Athletic Club ni igual que el Real Madrid. La Juventus es un equipo que defiende mejor  y que tiene jugadores que juegan muy bien como Tévez, Vidal Pirlo.

Ahora, si vos me preguntás, yo creo que para el rival sostener una estrategia contra Messi es imposible. Es contraproducente, incluso.  Sí hay que tener las precauciones de reducirle espacios, de presionar juntos. También hacerle sentir algún poder que lo obligue a ocupar espacios más retrasados. Porque si te quedas ahí atrás, como hizo el Athletic el otro día, y le pones un hombre encima, Messi puede limpiar a uno, dos, tres y hasta cuatro rivales.

Entonces por ahí, estando lejos del arco, reduciendo espacios más lejos de su área, vos podés generar cierta interferencia en el hilvanado de la jugada. A lo mejor a 50 metros del arco lo obligas a ser asistidor más que definidor. En cambio, si lo haces en la puerta del área, el espacio cortito lo va a encontrar. O genera un tiro libre y te hace el gol también. Es muy difícil. Todos los que le redujeron espacios desde atrás al Barcelona les fue muy mal.