Una encuesta en la intimidad

¿Les han llamado alguna vez para hacerles una de esas encuestas electorales que publican los centros de estudios de opinión o las empresas demoscópicas? Tanto si la respuesta es afirmativa como negativa, les voy a proponer que finjamos ser encuestados en la intimidad de cada cual.

El domingo ya tenemos las elecciones municipales, la política más cercana al ciudadano. Los partidos proindependentistas juegan a hacer una lectura previa de la salud del independentismo, y los llamados partidos emergentes, a dar la extremaunción al bipartidismo y lanzarse como la expectativa consolidada para las generales. Los primeros ya tienen el guion redactado desde hace semanas, como muy bien apuntaba Joaquim Coll en el artículo La Catalunya del 75%. Los segundos, solo con tener mejores resultados que en el 2011 también lo tienen hecho (cosa no muy difícil, ya que unos no tenían representación y otros tenían un número tan escueto de regidores que sobraban dedos de las manos para contarlos).

Una encuesta para decidir, no para influir. Una que, por ejemplo, les plantee estas preguntas:

1. ¿Lo ha hecho bien su alcalde o podría hacerlo mejor otro?

2. ¿Cree que su ciudad o pueblo necesita más seguridad, como la policía de barrio?

3. ¿Cree que su Ayuntamiento es transparente y cercano o es un laberinto de trabas?

4. ¿Le gustaría que los ayuntamientos ricos bajen el IBI, mejoren el transporte público, faciliten el acceso a las nuevas tecnologías, inauguren nuevas guarderías o den ayudas para material escolar?

En las encuestas publicadas, García Albiol es el alcalde que mayor reconocimiento de mejora de la ciudad ha obtenido, con un 58,2%. El resto de alcaldables deberán someterse al rigor de las autopreguntas de cada cual. No lo olvidemos: la campaña es poesía, pero gobernar requiere prosa.