Ciudadanos, ¿estamos ante un Podemos de derechas?

PAU MARÍ-KLOSE

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En este país tan proclive a sacar grandes conclusiones acerca de cualquier nuevo animal político a partir de análisis de urgencia, se oye mucho decir que los votantes desafectos del PP se están pasando en desbandada a Ciudadanos. Algunos han querido ver incluso en la irrupción y afianzamiento de Ciudadanos una operación orquestada por algún poder oscuro para desgastar al PP. Por un lado, Ciudadanos ha sido presentado como el partido del IBEX 35, de los poderes empresariales y financieros desencantados con las políticas del gobierno y dispuestos a apoyar un Podemos de derecha. Por otro, algunos creen intuir que Ciudadanos es en realidad una operación alentada desde Ferraz y su entorno mediático para quitarle votantes al PP; una suerte de Podemos de derechas que resta votos al principal rival político como el Podemos genuino estaría restándoselos al PSOE. La tendencia a la elucubración se ha disparado, y las tertulias y redes sociales son buena muestra de la capacidad imaginativa de “analistas”, profesionales y amateurs, de todo pelaje.

¿Qué sabemos del electorado de Ciudadanos? Todavía no mucho. Gracias al último Barómetro de GESOP para El Periódico sabemos que no es un electorado que, en términos ideológicos, se coloca en los extremos. El 81 % se ubica en segmentos centrales, pero tanto en el centro izquierda (28,7%) como en el centro (28%) y, quizás menos, en el centro derecha (24,8%). 

Sabemos que es un electorado bastante formado (el 42% tiene estudios universitarios, y la inmensa mayoría los tienen postobligatorios). Entre su electorado están claramente sobrerepresentados los varones (63,1%) sobre las mujeres (36,9); y las edades centrales del ciclo vital (solo el 16% de sus votantes son mayores de 60 años). Desde el punto de vista sociodemográfico, es un electorado más formado que el de los partidos tradicionalmente mayoritarios, y mucho más joven que el del PP (el 61% de cuyos votantes tienen 60 o más años) y bastante más que el del PSOE (el 39% de sus votantes tienen más de 60 años). En estos aspectos, se asemeja a Podemos. También en la sobrerrepresentación masculina entre sus votantes (el 57,1% de los votantes de Podemos son hombres). Se ha dicho mucho que el posible electorado de Ciudadadnos es eminentemente urbano, lo que dificultaría su capacidad de cosechar escaños en circunscripciones rurales, pero con las debidas cautelas que obliga el tamaño muestral, no parece que su distribución de apoyos se aparte mucho del de la población española.

Sabemos que es un electorado que mayoritariamente (3 de cada 4) señala que su vida no ha empeorado en los últimos doce meses, cosa que dice mayoritariamente el conjunto de la población (incluso los votantes de Podemos, para un 60% de los cuáles su situación ha mejorado o se ha mantenido igual). Se trata de un electorado que, en su mayoría (58%), no ha notado personalmente la recuperación económica, aunque estos niveles se sitúen por debajo de los del PSOE (donde un 83% no la ha notado) y de los de Podemos (86%).

Las personas que han manifestado su apoyo a Ciudadanos se sitúan cerca del PSOE en su valoración de la situación política. Un 32% la considera muy mala, y un 43% mala (por un 25% y un 47% respectivamente entre apoyos del PSOE). Su valoración de la situación económica es algo menos crítica que la de los votantes del PSOE, pero mucho menos condescendiente que la de los votantes del PP.

En consonancia con el discurso de su líder, se muestran muy críticos con la corrupción política. Un 64% creen que un cargo público implicado en un caso de corrupción debe dimitir cuando se le empieza a investigar. Eso los diferencia de los votantes que siguen apoyando al PP, donde un 52% expresa este nivel de exigencia, y los sitúa de nuevo al lado de los votantes del PSOE (donde un 64% también establece el mismo umbral de exigencia).

En éstos y otros indicadores, el electorado de Ciudadanos se asemeja mucho al del PSOE. El PSOE es además el partido con el que creen, de forma mayoritaria, que Ciudadanos debería gobernar en caso de que fuera necesario negociar una coalición de gobierno (un 48% lo cree así, por un 37% que preferiría una coalición con el PP). Ciudadanos es también la opción preferida de coalición de gobierno de los votantes del PSOE (43%, por 39% que preferiría hacerlo con Podemos).

En este escenario, las primeras encuestas, sobre una base muestral aún muy escasa, apuntaban a que Ciudadanos se nutría de una proporción elevada de personas que votaron al PP en 2011. Este resultado espoleó a muchos a sacar conclusiones quizás precipitadas sobre el perfil de sus votantes. Si acercamos el foco al período más reciente, el que va de las elecciones europeas de mayo al mes de marzo de 2015, el dibujo ya no es exactamente el mismo. PP y PSOE pierden la misma proporción de votantes en benefició de Ciudadanos (13,3% y 13,6% respectivamente). Aparentemente (y hay que ser muy cauteloso con estos datos porque la muestra es pequeña), Ciudadanos se nutre de estos partidos por igual, y de la fuga masiva de votantes de UPyD, amen de una proporción considerable de abstencionistas en mayo.

Los “analistas” han tendido a olvidar que en 2011 el PP atrajo un porcentaje considerable de votos centristas que no “pertenecen” al PP. Se trata de una bolsa muy amplia de votantes “prestados”, cuya lealtad a los partidos mayoritarios es volátil. Basta repasar las encuestas del CIS del momento para comprobar que cerca de uno de cada cuatro votantes del PP en 2011 habían sido votantes del PSOE en 2008. El PP se los arrebató entre 2009 y 2011, coincidiendo con el declive de apoyo al PSOE, y posiblemente ahora los lleve perdiendo desde hace muchos meses. Ciudadanos quizás reste votantes de 2011 al PP, pero también tapona las posibilidades de expansión del PSOE entre segmentos que le habían permitido afianzar mayorías amplias (jóvenes y, en general, personas con mucha formación).

Seamos pues prudentes cuando nuestro olfato nos sugiera el origen de los votantes de cualquier partido. Al dibujar los primeros contornos sociológicos del votante de Podemos, cometimos muchos errores. Quizás convenga aprender de ellos y evitar la tentación de caracterizar a Ciudadanos como el “Podemos de derechas” mientras los datos no lo acrediten de manera fehaciente.