pantallas
Ficción de EEUU
Mikel Lejarza
Doctor en comunicación audiovisual
Cuando las autoridades de EEUU, en la primera mitad del siglo XX, descubrieron el enorme potencial de un invento reciente, llamado televisión, se apresuraron a redactar una legislación que separó radicalmente las tareas de la producción de las de los emisores, con el fin de impedir que nadie se apropiara en exclusiva de un medio tan relevante. Así, las leyes establecieron que quienes produjeran contenidos, los estudios, no podían ser dueños de las cadenas, y que estas no podían producir. Aunque con la llegada del cable y la fragmentación de las audiencias estas premisas se cambiaron y hoy en día todos hacen de todo y forman parte de los mismos conglomerados multimedia, aquella separación de tareas está en la base del dominio que la producción audiovisual de EEUU y sus canales de distribución lograron desde los inicios y continúan manteniendo hoy en día: posibilitó la creación de un fortísimo sector dedicado en exclusiva a la producción de contenidos y a su venta por todo el mundo. Aunque mucho más diseminado que entonces, el Hollywood actual sigue siendo la gran fábrica de la ficción mundial, por lo que analizar lo que ocurre en la industria de EEUU es un buen medio para ver cómo están las cosas en general y cuáles los ejemplos a seguir .
La temporada 2014-15 comenzó en el lejano septiembre con excelentes noticias para la tele en abierto: por primera vez en muchos años, las audiencias de los estrenos mejoraron los resultados de las premieres de temporadas anteriores. No está nada mal en la época del streaming y el dato demuestra que la TV en abierto aún goza de una enorme capacidad a la hora de presentar nuevas marcas al mercado. La ABC, canal de Disney, lanzó el éxito del curso, Cómo defender a un asesino, de la gran Shonda Rhimes. La CBS, de Paramount, se atrevió a cambiar de día a su buque insignia, The Big Bang Theory, y siguió funcionando, al igual que lo hacían sus nuevos dramas, entre los que destaca Madam Secretary. La NBC, la cadena de Cheers, Frazier, Seinfeld, Friends..., que tras finalizar todas estas grandes series había vivido casi una década de desastres, en el 2014 se recuperó con series como The Blacklist, y esta temporada demostró que su retorno al éxito no era casual, aunque sigue sin encontrar comedias como las que tuvo en su glorioso pasado. La Fox, tras una campaña de márketing brutal, lanzó Gotham y le fue bien, aunque es el único canal que pierde audiencia respecto al 2013. Los meses posteriores a los estrenos confirmaron las primeras impresiones en cuanto a qué programas continuarían y también que esta temporada no dejará a ninguna nueva serie en el olimpo de las más grandes. A día de hoy, ya se sabe que al finalizar la temporada habrá 58 finales o cancelaciones de series, lo que demuestra la alta productividad de la factoría y lo complicado que es hacerse un hueco entre tanta oferta. Si se quiere explicar por qué la ficción de EEUU domina el mundo audiovisual, ahí están las dos principales razones : competencia al máximo y diversidad del producto. No es exactamente una lotería, pero es cierto que cuanto más se apuesta más posibilidades hay de acertar. Y nadie apuesta tanto como ellos.
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