"Los andaluces se han equivocado" y más argumentos paternalistas

La candidata de Podemos, Teresa Rodríguez, tras conocer el resultado obtenido en las urnas.

La candidata de Podemos, Teresa Rodríguez, tras conocer el resultado obtenido en las urnas.

JOSÉ A. RODRÍGUEZ

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Esta campaña electoral andaluza y los análisis han estado llenos de los más claros ejemplos de paternalismos e incluso insultos a los andaluces. Al parecer a algunas personas les cuesta entender que haya motivos racionales para que Susana Díaz haya aguantando el tirón de los partidos emergentes y el PP se haya desplomado.

Comparto plenamente la sensación recogida por este twitt de una activista andaluza:

Podíamos hacer un documento colaborativo con insultos a los andaluces. Da para unas cuantas de páginas.

— Fátima Ramírez  (@Mernissi) March 23, 2015

He seguido esta campaña electoral y los análisis posteriores, y sin ser andaluz me he sentido ofendido en carne ajena.

Durante la campaña hemos tenido perlas gloriosas: los vídeos del PP de Extremadura dejando a los andaluces como unos ignorantes políticos frente a los ilustrados extremeños que saben “votar bien” (o sea PP), o las desafortunadas declaraciones de Albert Rivera diciendo que iba a enseñar a pescar a los andaluces.

Pero lo peor ha llegado con los análisis de los resultados. Y aquí no se libra postura política, excepto de la de los ganadores in extremis. Todas han tenido sus hiperventilados. Simpatizantes de Podemos diciendo que Andalucía es un agujero negro, militantes del PP llamando poco más que ignorantes a los andaluces, “opinadores” llamándoles borregos analfabetos y más de un hiperventilado diciendo que ahora entiende a los catalanes por querer ser independientes por lo que votan los andaluces. Un error, muchos catalanes queremos ser independientes respetando lo que voten los andaluces para autogobernarse.

Algunos no se dan cuenta que los andaluces han votado en clave Andalucía, igual que los catalanes también votamos en clave Catalunya en las autonómicas, más exacerbado aún cuando el ataque a la identidad andaluza ha estado durante la campaña. El PSOE de Andalucía ha sabido aglutinar el discurso del andalucismo igual que históricamente CiU aglutinó el voto defensivo catalanista en Catalunya.

No creo que sea muy difícil entender que los ciudadanos votan pensando en sus intereses y no hay más persona que sepa mejor cuál es su interés que él mismo. Los andaluces no necesitan que nadie les diga desde fuera lo que les interesa más. Decirles que “se equivocan” además de tener el efecto contrario asume que nosotros somos más listos que ellos para saber que les conviene.

Los catalanistas más que otros deberíamos saber que atacar un pueblo por sus preferencias y sus decisiones desde fuera de ese cuerpo social no es la mejor manera de respetarlos. Este es el trato que sufrimos los catalanes que desde fuera continuamente se nos utiliza como espantajo. En plena campaña autonómica andaluza se utilizó el anticatalanismo para criticar a Ciutadans.

También sufrimos injerencias contínuas para destruir el modelo convivencial y lingüístico catalán. Contínuamente cuestionan nuestra capacidad para tomar nuestras propias decisiones y lo mismo se ha hecho con los andaluces.

Puedo entender aunque no lo comparto, que alguien lo haga desde posturas de hegemonismo españolista. Estas personas quieren que toda España sea homogénea y responda a los mismos criterios y les sorprende que en alguna región vayan a contracorriente. Pero no entiendo y menos acepto que lo hagan desde movimientos de transformación como el de Podemos y la izquierda plural o desde el soberanismo catalán no lo entiendo y menos estoy dispuesto a aceptarlo.

En comparación desde las voces del españolismo hegemonista y rancio estas voces irrespetuosas desde los movimientos de transformación son minoritarias. Si quieren ser movimientos de transformación creíbles, este tipo de argumentos deberían erradicarse.

La transformación en España no puede partir desde el paternalismo hegemonista por un lado o la transformación desde Catalunya por el otro no puede tener en su interior el desprecio de las preferencias que tienen otros pueblos de España.

Por muy minoritarias que sean estas posturas en ambos movimientos, los activistas de cada postura deberían estar alertas para rechazarlas. Los simpatizantes de “Podemos” y la vía reformista española porqué no se puede ganar despreciando las preferencias de 9 millones de españoles. Los simpatizantes del independentismo, porqué hay 1,5 millones de catalanes de origen directo o indirecto andaluz, y porqué se juegan la credibilidad de su movimiento y su discurso fuera de Catalunya.