pantallas

No depende

Mikel Lejarza

Mikel Lejarza

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Lo cantaba el genial Pau Donés«Depende, todo depende». La historia, por ejemplo, de quién y cómo se cuente. Francis Drake fue para los historiadores españoles de su tiempo un corsario inglés, malvado y comerciante de esclavos, que dirigió numerosos ataques piratas contra los intereses españoles tanto en la península, como en las colonias. Un pirata, un ladrón. Pero para los ingleses su compatriota fue un héroe capaz de ser la segunda persona que circunnavegó el mundo tras Elcano, un valeroso militar que participó en el ataque a Cádiz, que se enfrentó a la Armada Invencible y llegó a vicealmirante de la Marina Real Británica, hasta el punto que fue nombrado caballero por Isabel I por sus múltiples servicios a su país. La misma persona, pirata para unos, héroe para otros. En la actualidad, con la piratería de contenidos audiovisuales parece que caemos en interpretaciones similares. Antaño, Drake, enfrentado al todo poderoso imperio de los Austrias, golpeaba allí donde más les dolía, robando sus bienes más preciosos. Hoy, el gran perjudicado de los millones de descargas ilegales que sufre la industria audiovisual es un sector que está desde hace más de un siglo en la base fundamental de la cultura occidental, preferentemente anglosajona, que se ha convertido en la más influyente del mundo. Quitemos eso que llamamos Hollywood a EEUU y su posición en el mundo, como país y modelo cultural, sería indiscutiblemente otra. Atacando por tanto a dicho sector, se infringe un daño extraordinario a un determinado tipo de sociedad y de cultura. Que nadie se lleve a engaño. Tras la piratería actual hay en muchos casos estrategias que persiguen el mismo efecto que lograba Drake cuando atracaba un galeón español cargado de metales preciosos y especias camino de Europa: debilitar al oponente .

Según la alianza internacional de la propiedad Intelectual (IIPA), Ucrania es el país con peores garantías de salvaguarda de la propiedad intelectual. Le siguen en tan lamentable ranking China y Rusia. Mark Monitor realizó el año pasado un estudio sobre las descargas ilegales. El líder, Rusia: 14,4% del total de todo el trafico ilegal del mundo. Al día siguiente del cierre de Series Yonkis, se abrió otro portal en Antillas. Con Series. Ly sucedió algo similar: eligieron un nuevo dominio en Libia, lugar de escaso orden de cualquier tipo.

Todo comenzó en los 80 a golpe de duplicados de las cintas de VHS, que en demasiadas ocasiones se hacían en los propios videoclubs; luego vinieron las copias en mercadillos y hasta las trampas de los vídeos comunitarios. Pero el sector aguantó, hasta que llegaron las copias digitales, primero con los manteros y quienes los utilizan y finalmente las descargas ilegales. Es evidente que ni el cine, ni el sector editorial, ni la prensa, ni la música ofrecen hoy en día el mismo nivel de calidad que cuando eran buenos negocios. Si queremos defender nuestra propia identidad como sociedades democráticas deberíamos empezar por abandonar las dudas. Según el observatorio de la piratería, el 87% del consumo cultural en la red es de contenido ilegal. No hay héroes, es piratería. Nos están quitando algo que nos ha hecho mejores.