La rueda

Contra Rubalcaba se vivía mejor

La maniobra de Pedro Sánchez en Madrid no es tan arriesgada, porque tenía poco que perder

ANTÓN LOSADA

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Desde el acoso a ZP los socialistas viven en una cacería que no parece terminar nunca. Al minuto siguiente de elegirlo, los mismos que apoyaron al jefe de turno para tumbar al anterior dedican sus días a laminarlo para que pase el siguiente. Y vuelta a empezar. Tomás Gómez encarna el ejemplo de esa generación caníbal de dirigentes. Estuvo contra Zapatero, luego contra Rubalcaba, ahora contra Pedro Sánchez. Mañana estaría contra quien fuera, porque así se vive mejor y se manda más.

No es el único. Muchos de entre quienes ayudaron a Sánchez a llegar a la secretaría general no mueven ahora mismo otra idea en su cabeza que la de liquidarle para situar a Susana Díaz. Si lo consiguen, al minuto siguiente ya no les valdrá y querrán que pase Eduardo Madina, Carme Chacón o quien se deje engañar. En política, cuando careces de ideas matar por matar es lo único que te queda porque es lo único que sabes hacer para mantenerte vivo.

Puede que Pedro Sánchez lamente ahora no haber convocado las primarias para elegir candidato al ganar la secretaría general, o no haber actuado antes contra suicidas políticos como Tomás Gómez, obviando que eso era exactamente lo que estaban esperando los votantes socialistas. Ha perdido un tiempo precioso mientras se desangraba en las encuestas, pero el pasado ya no tiene arreglo; el futuro, sí.

La maniobra no es tan arriesgada como parece. Pedro Sánchez tenía poco que perder en Madrid porque ya tenía poco. El desastroso resultado que se vaticinaba iba a ser culpa suya, porque los candidatos como Tomás Gómez siempre son invictus. Por increíble que parezca, a cien días de las autonómicas ahora tiene algo que ganar. Si la jugada sale bien y los votos vuelven, nadie podrá pararle. Si sale mal, él ya estaba muerto.