LA RUEDA

Syriza y Podemos

Un triunfo de Tsipras en Grecia puede perjudicar, más que beneficiar, a Podemos

JOSÉ A. SOROLLA

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Después de mantener relaciones con IU e ICV, con los que tiene más afinidades políticas y organizativas, Syryza (acrónimo de Coalición de Izquierda Radical) y su líder, Alexis Tsipras, han relegado en cierto modo a sus antiguos aliados para aproximarse a Podemos. El amor es mutuo. Tsipras asistió al congreso constituyente de Podemos y Pablo Iglesias saluda y desea con sus tuits la victoria de los radicales griegos en las elecciones anticipadas del próximo día 25. Se ha extendido en la opinión pública y en la publicada el convencimiento de que una victoria de Syriza en Grecia beneficiaría a Podemos por el efecto mimético. Sin embargo, es muy posible que a Podemos le convenga más que Syriza no gobierne en Grecia que lo contrario.

En primer lugar, porque si solo con la posibilidad de que Syriza obtenga la victoria se ha organizado la que se ha organizado, con presiones abiertas de la Comisión Europea, de Angela Merkel, del Bundesbank, del FMI y de tutti quanti, no hay que ser muy perspicaz para prever lo que pasará si Tsipras logra la mayoría y forma Gobierno. La campaña del miedo entonces sí que dará miedo. Y eso pese que sea cierto que Syriza ha moderado sus posiciones y ya ha renunciado a no pagar la deuda (ahora pide una quita y plazos de pago más asequibles), no quiere salir del euro y duda sobre la nacionalización de los sectores estratégicos.

En segundo lugar, porque la aplicación del programa de Syriza es muy probable que sea un fracaso, bien porque las renuncias sean excesivas o bien porque no funcione el cambio. Eso incidiría en la credibilidad de Podemos con todo un año por delante hasta las elecciones. Un fracaso de Syriza le quitaría a Podemos el plus de experimento inmaculado del que gozaría si Tsipras no tiene la oportunidad de hacerlo mal. Para que Podemos sea un revulsivo, Syriza no debería interponerse en su camino.