Análisis

Terrorismo y terroristas sin ningún adjetivo

DOLORS BRAMON

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Escandaliza y asusta lo que pasó ayer a mediodía en la sede de la revista francesa 'Charlie Hebdo'. Los comentarios bullen en las redes sociales como aceite hirviendo y una retahíla de gente condena el atentado con palabras durísimas. Buena parte, son personas que practican el islam, que lo dicen públicamente y que explicitan su condena como tales. Constato que proceden de todas las geografías y que provienen tanto de musulmanes de toda la vida como otros que, sea cual sea su origen, se han convertido al islam.

He dicho muchas veces que esta manera de entender a Dios es tan seria como otra, pero que una cosa es el islam y otra lo que hacen algunos fieles o supuestos creyentes. El problema radica en los que no actúan de acuerdo con la doctrina que dicen seguir y que se creen musulmanes y lo pregonan. Pero eso de matar diciendo que vengan a Mahoma o gritando que Dios es el más grande es un gran contrasentido. Si caricaturizar al profeta con una bomba por turbante fue un error y para muchos una falta de respeto, asesinar para vengarlo es otro más grande. Que se haga en nombre de Dios, sobrepasa cualquier calificativo.

Mucha gente me ha preguntado qué pienso del atentado. La respuesta es obvia: estoy en contra, como lo está toda persona de bien. Pero el hecho de que la pregunta me la hagan a mí, ya me da a entender que lo creen relacionado con el islam.

Solo un grupo de asesinos

No me extraña porque estamos muy mal educados en este campo: lo que está ocurriendo en el mal llamado Estado Islámico sobrepasa los límites de la maldad humana. Insisto en lo que acabo de decir y hago una llamada de atención que creo necesaria: ¿por qué estamos aceptando el adjetivo de islámico como definitorio de un grupo de asesinos?

Escuchando la noticia y viendo su eco, he sacado unas conclusiones que creo positivas: nunca había visto que nuestros medios de comunicación informaran tan claramente de los comunicados condenatorios hechos públicos por entidades islámicas y, por otra parte, parece que ya se empieza a llamar algo por su nombre: se está hablando solo de terroristas y de terrorismo. Esto me indica que ya se ve que estas salvajadas hechas con la intención de sembrar el terror no necesitan ningún otro adjetivo. Como nunca pudimos calificar de católico el terrorismo de ETA, aunque, en teoría, fuera del ámbito de algunos etarras.

Llamarles yihadistas es otro disparate porque el yihad es el esfuerzo que tiene que hacer todo musulmán para ser cada día mejor. Si se le da, como se ha hecho, un sentido bélico, debe cumplir unas condiciones, como son la prohibición de matar mujeres, ancianos, niños, enfermos crónicos y mentales, ciegos o destruir edificios, quemar cosechas, sacrificar animales sin necesidad y un largo etcétera totalmente contrario a las actuaciones de estos terroristas que lo único que parece que busquen sea sembrar el terror.

Mi pésame para las familias de los muertos en París y para los verdaderos musulmanes.