Todo un año lleno de oportunidades

A falta de un día para finalizar el año no faltan miradas atrás donde, en las  crónicas informativas, solo aparecen las palabra corrupción o violencia. Pero, saben, yo no voy a darles el gusto del protagonismo a los cuatro canallas que, con el elegante traje de financiero, conseguidor, empresario de éxito o político, han hecho del dinero su único fin en la vida. Ni tampoco a aquellos criminales que, bajo la excusa de la religión, el fútbol, la raza o el sexo han sembrado rabia, dolor y desesperación allá por donde pasaron.

Quiero dárselo a todos aquellos comprometidos con la vida. A los donantes de órganos (España sigue siendo el primer país del mundo). A los empresarios que empiezan a dar empleo. A los grandes núcleos de solidaridad y vertebración de nuestra sociedad, la familia y los voluntarios, que hacen que todo funcione cuando todo falló. A los políticos honrados que, pese a sentirse también estafados por esos canallas, no han perdido ilusión por trabajar para los demás, y en especial ese 82% de alcaldes que no tienen ni sueldo. A los funcionarios que sufrieron recortes salariales, conscientes de la situación económica. A esas 500.000 personas que se afiliaron a la Seguridad Social este año. A las personas que todavía no tienen trabajo pero hacen suyo lo de «no estamos parados, sino desempleados». Al sector automovilístico, por ese 19% de recuperación del mercado. Al deporte español, en especial el femenino, por tantas alegrías. A artistas que se fueron pero que siempre quedarán, Peret y Paco de Lucía.

El 2015 va a ser un año clave en lo político, económico y social. La mejoría de las expectativas económicas y los cambios de la calidad democrática y política del país requieren del esfuerzo de todos, de los verdaderos protagonistas, no de quienes nos causan estupor y vergüenza a partes iguales.