Ni santos ni inocentes

Queridos Jueces Magos:

Como este año he sido buena, os pido un indulto. No puede ser tan difícil. Según la web del 'Indultómetro', se han concedido más de 10.000 desde 1996 (con un pico de 1.744 en el año 2000). Además, nunca imaginé que evadir impuestos fuera un delito. Lo hace todo el mundo, desde Montserrat Caballé a Isabel Pantoja, pasando por futbolistas y presentadores de la tele. Ya lo hacía Lola Flores. Por eso creí que formaba parte de la tradición de este país, de su folclore.

Sé que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Pero Felipe VI se ha estrenado felicitando la Navidad a sus súbditos con una hermana imputada. Y aunque dudo que eso sea motivo de orgullo y satisfacción, refuerza la idea de que así se estructura su reino. Incluso la política funciona así: los del Congreso de los Diputados son los becarios y los que están en la cárcel, como Jaume Matas o Luis Bárcenas o Carlos Fabra, son los catedráticos.

Sin picaresca no hay pesca

Cada uno a su manera, los que roban a los ciudadanos lo hacen por el bien de su país. Como Jordi Pujol, por ejemplo, o José Luis Núñez o Fèlix Millet. Pero la gente es muy desagradecida y no lo entiende. Que este año haya casi el doble de pobres no tiene nada que ver con la corrupción; tontos ellos, por no defraudar a Hacienda. Sin picaresca no hay pesca, dice el refrán que me acabo de inventar.

Para terminar, a mí me habían contado que los jueces son los padres. Desde mi más tierna infancia, no había vuelto a creer en la existencia de un Castro, un Ruz y un Pedraz capaces de repartir ilusión entre los escépticos y de dar carbón a quienes nos la quitaron. No soy tan inocente. Ni una santa tampoco. Por eso os quiero pedir el indulto. Y antes de que se me adelanten la gente de Podemos, Guanyem, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y otros indignados: ¡Feliz 2015-M!