La rueda

Hipocresías y demagogia

Este país necesita de valientes, de personas capaces de dignificar y regenerar la política como servicio público

ESPERANZA GARCÍA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hipócritas son todos aquellos que, llevados por la indignación o por los estribillos pegadizos de los populistas, nos hacen creer que nuestro país es, políticamente, una fosa séptica. Y discúlpenme si les ofendo. Nuestros representantes políticos no están hechos de materia orgánica diferente a la nuestra ni padecen una laxitud moral VIP. ¿O acaso el resto de la sociedad española, donde la economía sumergida supone el 30 % del PIB, está formada por ciudadanos virginales? Es indignante saber que mientras unos cumplimos, otros se lo lleven crudo, sea cobrando el paro indebidamente, no pagando IRPF o IVA, llevándose comisiones por derivar servicios profesionales u obras públicas o gastando el dinero de todos con tarjetas black.

En lo político deben cambiar los partidos, el Tribunal de Cuentas, la ley electoral, la de contratos del Estado, la de financiación de partidos, la de enjuiciamiento criminal, el Código Penal y los tribunales. Esas medidas necesitan de la colaboración del PSOE, el de los siete millones de votantes, pese a que ponga en apuros a su federación andaluza. En nuestra sociedad, ¿qué? ¿Canalizaremos el enfado en reconstrucción?, ¿aprovecharemos la oportunidad para mejorar y madurar, abandonando el recurso infantil de culpar al otro de nuestros males? Este país necesita de valientes, de personas capaces de dignificar y regenerar la política como servicio público y de otros ciudadanos capaces de desarrollar su ciclo vital y profesional sin que el dinero sea el fin mismo de la vida.

Comparto con ustedes esta reflexión a sabiendas de que es anticomercial, y que con ella sumo una batalla más perdida, pero me preocupa la hipocresía porque, convertida en demagogia, impide que progresemos. Los datos que se están analizando acerca de la última encuesta del CIS indican esa regresión a la demagogia.