Tópicos y mentiras sobre la calidad de las aguas del Llobregat

Enrique Morillas Pérez

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De un tiempo a esta parte han vuelto a incrementarse las informaciones y la percepción de que tenemos un río Llobregat herido por una pretendida mala calidad de sus aguas, básicamente por su contenido en Cloruros, por efecto de la actividad minera en el Bages. Afirmaciones que se suman a un largo historial y que no dejan de ser tópicos e incluso mentiras, pese a que éstas ya forman parte de una creencia popular que sitúa al Llobregat como uno de los ríos más problemáticos del país.

Quizá sí que el agua del Bages era salada (el agua marina tiene Conductividad de 50.000 μS/cm y Cloruros de 15.000 mg/l), pero esto fue en el Eoceno hace 36 millones de años, cuando en medio de Catalunya había un mar interior, que se secó y la sedimentación de evaporitas formó un magnífico yacimiento salino y potásico en los alrededores de CardonaSúria Sallent-Balsareny, la cuenca potásica catalana. Actualmente, según datos medios anuales de 2013 de la ACA (Agència Catalana de l’Aigua), todo el curso del Llobregat (de Castellar de n'Hug hasta el mar presenta unos Cloruros inferiores a 250 mg/l) disfruta de agua dulce (Conductividad inferior a 1.500 μS/cm), y también lo hace el Cardener (con Cloruros por debajo de 300 mg/l).

Los niveles de Cloruros a lo largo de estos ríos, son coherentes con su contenido natural según zonificación de la ACA (2005), como prueba que bajo las cabeceras del Cardener y del Llobregat en 2013 se alcanzó 43 mg/l, un buen estado de las aguas admitiría hasta 100. En la cuenca baja del Cardener, desde Cardona hasta el Llobregat, que incluye el diapiro o Montaña de Sal de Cardona y el domo salino de Súria; el contenido en 2013 llegó a 300 mg/l, un buen estado sería hasta 600; y en la riera Gavarresa y en el Llobregat desde esta riera hasta el mar el contenido de cloruros llegó hasta 249 mg/l en 2013, justamente el buen estado es hasta 250.

Lo que ya no es coherente con un previsible origen natural, es un aumento significativo en Cloruros (de 200 a 250 mg/l) y Conductividad (de 1.100 a 1.500 μS/cm) en el tramo del Llobregat a partir de la confluencia con el Cardener y hasta el mar, ajeno al yacimiento de la cuenca potásica catalana, con origen estimado en actividades antrópicas, vertidos de aguas residuales urbanas, de industrias, etc. pero de eso ya se encarga la ACA.

En consecuencia no vale la pena preocuparse por los Cloruros. Lo que sí debería preocuparnos son los elevados contenidos de Sulfatos Nitratos en el agua potable, especialmente graves para los abastecimientos de aguas de pozo con acuíferos afectados. Los Sulfatos producen un indeseable efecto laxante y cabe señalar que en la cuenca del Llobregat según zonificación de la ACA, son zonas de elevado contenido natural la cabecera de la riera Gavarresa y todo el río Anoia, con explotaciones de yesos (Sulfato de Calcio) en Igualada Òdena en la comarca del Anoia vecina del Bages. Los efectos de los Nitratos son más graves, cianosis en los niños por inhibición de la hemoglobina, y llegan al agua subterránea por aplicación al suelo agrícola de fertilizantes y purines (defecaciones de los cerdos, Amoníaco concentrado que se oxida a Nitrato). A pesar de esto, no conozco ningún movimiento cívico llamado “Prou Guix!”, “Montsulfat” o “Prou Purins! - Montnitrat”, quizá no tendrían a quien darle la culpa...

Alarmarse innecesariamente o crear alarma premeditadamente es lo que se ha estado haciendo estos últimos años con todo lo relacionado con el río Llobregat. Tendremos que ver con qué objetivos y para qué intereses.